Tras tres días de cine, pasado el ecuador de su sexta edición, con películas interesantes, pero pocos invitados y un fulgor de astros intermitente en comparación a años anteriores y que solo despuntó con la presencia del director y guionista Paul Schrader, el Festival de Los Cabos ha sorprendido a todos este viernes al anunciar en Twitter la presencia de Nicole Kidman en el certamen sudcaliforniano, donde recibirá el premio a toda una trayectoria y a su contribución al cine y presentará el sábado, día de clausura del certamen, The killing of a sacred deer (El sacrificio de un ciervo sagrado), del griego Yorgos Lanthimos, que compitió por la Palma de Oro y se llevó el premio al mejor guion en el último Festival de Cannes.

Kidman, de 50 años, que llegará el mismo sábado a las playas de Baja California Sur, atraviesa, tras un periodo de cierta sequía, uno de los mejores momentos de su carrera, justo en un momento en que muchas actrices se quejan de no hay papeles para ellas. Con más de tres décadas de trayectoria, parecía que los triunfos de Kidman, con cuatro nominaciones al Oscar y una estatuilla en su haber por interpretar a Virginia Woolf en Las horas, había vivido ya sus mejores momentos, pero este 2017 se ha convertido en el año de su renacer: recibió un premio especial en Cannes por los cuatro proyectos que presentó en el prestigioso festival francés, entre ellos la polémica producción de Lanthimos, una terrorífica historia de venganzas, una nominación al Oscar por su papel en Lion y el éxito de la serie Big Little Lies, que interpretó y produjo para HBO, donde encarnaba a una mujer maltratada. Nada mejor que cerrarlo con un nuevo galardón en la paradisíaca península de la California mexicana, un escenario digno de Hollywood.