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Neutralizarían emisiones de CO2 del sector agrícola con seis acciones
México.- Para 2040, los sectores agrícola y de bioenergía en Brasil, China, México y Estados Unidos, podrían neutralizar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), al poner en práctica seis acciones en los próximos 10 años, de acuerdo con un estudio publicado por la revista Nature Climate Change.
La publicación presenta las medidas e instrumentación para que esas naciones reduzcan las emisiones de CO2 en actividades asociadas al uso de la tierra hasta en 50 por ciento por década, entre 2020 y 2050.
Este es el primer estudio que establece un plan específico sobre cómo el uso de suelos puede volverse neutral en emisiones de CO2 hacia 2040.
Para realizar la lista, un equipo internacional de investigadores examinó modelos climáticos y evaluó prácticas de gestión de suelos con mayor potencial de mitigación de emisiones de CO2, además de otros beneficios sociales y ambientales asociados.
Identificaron seis acciones específicas que los países podrían poner en práctica para neutralizar las emisiones del sector y limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius, como demanda el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas.
Las medidas se diseñaron para ser atractivas y simples. Incluyen la reducción de los índices de deforestación y quemas de los bosques; de degradación de manglares; el combate al desperdicio de alimentos y el mejoramiento de las prácticas de manejo forestal y agroforestal.
Los autores también sugieren que los países impulsen el cambio de la dieta en por lo menos una de cada cinco personas hacia el consumo de vegetales -menos de 60 gramos de proteína de carne al día-, por lo cual el mayor potencial para el éxito lo ubican en Brasil, Argentina y México.
Los investigadores añaden que la lista se hizo para que los países logren múltiples beneficios, más allá de la reducción y neutralización de emisiones de CO2, y puedan alcanzar objetivos económicos y de biodiversidad más amplios.
Las seis acciones son:
- Reducir la deforestación, el drenaje y la quema de humedales, y la conversión de manglares en 70 por ciento para 2030, particularmente en países tropicales, incluido Brasil.
- Restaurar los bosques, los humedales drenados y los manglares, particularmente en los países tropicales hasta que acumulen nueve gigatoneladas (Gt) de CO2 para 2030.
- Mejorar la gestión forestal y agroforestal para secuestrar cuatro Gt de CO2 para 2030.
- Mejorar el secuestro de carbono del suelo en la agricultura en tres Gt de CO2 para 2030.
- Reducir el desperdicio de alimentos en países desarrollados y emergentes y la pérdida de alimentos de la producción en 30 por ciento para 2030.
- Estimular el cambio a una dieta basada en vegetales -en una de cada cinco personas- en países desarrollados y emergentes para 2030.
El uso del suelo emite actualmente alrededor de 11 gigatoneladas anuales de CO2, equivalentes al 25 por ciento del total global. Los países que instrumenten esas acciones, podrían neutralizarlas para 2050 si recuperan los bosques y actúan como un sumideros de carbono. Las medidas mitigarían 15 gigatoneladas de CO2 anuales.
El estudio publicado en Nature Climate Change llega en un momento en que los incendios destruyen bosques tropicales y la sequía compromete los rendimientos agrícolas, escenario en el cual “deberán abordarse barreras existentes, como las inercias políticas, la gobernanza débil y la falta de financiamientos”.
Además, será necesario un cambio más colectivo, con mejores incentivos para transformar los sistemas alimentarios y forestales, afirmó Stephanie Roe, autora principal y científica de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos.
“Hay países con menor disposición a incorporar las actividades de mitigación climática, pero confío en que podrá instrumentarse la lista de acciones porque hay las herramientas, además de aumentar la presión pública y la voluntad política de otras naciones para cambiar la situación”, señaló.
Para William Laurance, biólogo de la Universidad James Cook, en Australia, el estudio establece que la gestión eficaz de los bosques y de las tierras agrícolas será fundamental para frenar el calentamiento global, y que el cambio más urgente es la desaceleración de la deforestación tropical.
“No creo que las naciones reconozcan la urgencia, pero se requiere un mayor esfuerzo, tanto de los países en desarrollo como de los industriales, para frenar la deforestación”, indicó Laurance.