Pareciera ser que hablar sobre competitividad se ha convertido en un lugar común. El término aparece tanto en el discurso de los políticos, como de los académicos y periodistas. Quizás como muchos otros conceptos que utilizamos a diario hagamos un uso indiscriminado de este, sin detenernos a analizar la implicación de su significado.

Sin duda una de las mejores aplicaciones del concepto, la brinda el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que cada dos años elabora el Índice de Competitividad Estatal (ICE). Ahí se señala claramente que se entiende por competitividad la capacidad para generar, atraer y retener inversiones y talento humano.

Así pues, el pasado miércoles 17 de junio el IMCO dio a conocer los resultados del ICE 2020. Contrario a lo que sucedía en ediciones anteriores, en las que se construía un ranking para clasificar a las 32 entidades federativas, ahora la metodología utilizada asigna medallas de oro, plata y bronce a los estados que se ubicaron entre las primeras tres posiciones de cada uno de los 10 subíndices que incluye la medición.

En el caso particular de Coahuila, obtuvimos dos medallas, una de plata en el apartado “Aprovechamiento de las Relaciones Internacionales” y otra de bronce en lo que respecta a Sistema de Derecho Confiable y Objetivo”.

Aunque el mismo IMCO precisa en su documento que el objetivo que se persiguió en esta edición no es generar propiamente un ranking, si utilizáramos el criterio empleado en el tablero de medallas de los Juegos Olímpicos, donde el lugar más alto lo tiene quien haya obtenido más medallas de oro, independientemente del total de medallas, Coahuila se ubicaría en la décima posición.

Bien lo señala en uno de sus apartados el ICE 2020, “las comparaciones son incómodas, pero al competir los estados pueden reconocer sus fortalezas y debilidades”. Esto se vuelve especialmente relevante en un contexto de crisis económica mundial, en la que las inversiones se vuelven muy escasas. Si a esto le añadimos que el País como destino de inversiones es cada vez menos atractivo, literalmente Coahuila tendrá que salir a perseguir inversiones.

Si algo ha caracterizado a la entidad en los últimos años, es su extraordinario esfuerzo de promoción y venta de la marca Coahuila como destino de las inversiones. En estos tiempos se tendrán que redoblar esfuerzos, ya que sabemos que no contamos con el apoyo del Gobierno Federal.

Algo que hay que reconocer a las autoridades estatales es que siempre se han mostrado muy receptivos en este tipo de evaluaciones que realizan organismos serios como el IMCO y que no tardan mucho en poner a nuestro estado a la cabeza en estos comparativos.

Será necesario ir por más medallas, esas que nos hagan ver como un destino atractivo para los inversionistas, en medio de un ambiente de incertidumbre global y pesimismo en el entorno nacional.