Narra mujer odisea para salvar a dos perritos de las aguas del huracán "Hanna" en Saltillo
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Narra mujer odisea para salvar a dos perritos de las aguas del huracán "Hanna" en Saltillo
Saraí García participó en el rescate de habitantes de la colonia El Campanario, en el norte de Saltillo, cuando el agua de la lluvia inundó las casas, derribó puertas, portones y paredes.
Después de poner a salvo a una pareja, Saraí regresó al hogar para buscar los dos perros de la familia: los encontró y salió con uno en cada brazo. En redes sociales se compartió la imagen de esta hazaña, una emergencia que atendieron elementos de Protección Civil y Bomberos, Policía Municipal y cuerpos de seguridad.
“Todos merecemos ser salvados, y más aquellas personas y seres vivos que no pueden pedir ayuda”, dijo Saraí, quien trabaja como verificadora en Protección Civil desde hace dos años.
“Si tú no tienes esa vocación para servir al prójimo, definitivamente ésta no es un área de trabajo para ti”, aseguró. Ella es psicóloga de profesión y gracias a la convicción que tiene por ayudar a los demás, entró a la Academia de Bomberos.
El domingo la tormenta tropical “Hanna” provocó inundaciones en el norte y oriente de Saltillo. El caso más dramático se pudo ver en videos que compartieron vecinos de la colonia El Campanario: el agua derribó portones, paredes; arrastró con fuerza a personas, muebles, cualquier objeto a su paso; dejó incomunicados a los habitantes, quienes pidieron ayuda desde la planta alta o en el techo.
Mientras Saraí y sus compañeros intentaban rescatar a un matrimonio y su hijo que estaban atrapados en el techo de la casa, el agua se desbordó en el domicilio de una pareja.
“Le voló el portón eléctrico de su casa, y como por ahí venía el agua, se mete por la parte del patio, arrasó con toda la planta baja de la casa de ellos, entonces se cierran los portones y se quedaron atrapados”, contó.
Los agentes de Protección Civil y Policía quisieron abrir las puertas, pero la corriente era demasiado fuerte, así que mejor aprovecharon la fuerza del agua para vencer las entradas y que por ahí pudieran salir el hombre y la mujer con una maleta en mano.
“Al salir la señora, le pregunto que si nada más son ellos, que si no hay nadie más. Con su cara triste y ojos llorosos me dice: sólo mis dos perritos, pero supongo que ya se me murieron”.
Pero Saraí regresó a la casa, a contracorriente, con el agua que por momentos subí a la altura de la rodilla o incluso logró entrar a la casa y rescatar a los canes. Los cargó y bajó con ellos.