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Narcos

Sorpresivamente –o no tanto, ustedes dirán–, “Narcos” presume al momento una calificación de 9.1 en la Internet Movie Database. Por encima de series relativamente nuevas y nominadas al Emmy este año, como “House of Cards”, “Orange Is the New Black”, “Better Call Saul” o “Homeland”. Con tan sólo unas semanas de haberse estrenado en Netflix, es ya una de las series más exitosas del sitio de streaming. Todo el mundo está hablando de ella como en su tiempo se habló de “Breaking Bad”, porque el narcotráfico es un excelente negocio… también para la ficción.

“Narcos” cuenta la historia del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, pero relatada desde el punto de vista de Steve Murphy, uno de los agentes de la DEA encargados de capturarlo. Esta superproducción de Netflix conjuga ficción con realidad. Incluso inicia comparándose con el realismo mágico –también originario de Colombia– porque resulta casi imposible de creer que algunos hechos sucedieran auténticamente. Así que si buscamos historia al pie de la letra, mejor dirijamos nuestra atención hacia algún documental o libro de historia.

La serie, aunque basada en hechos reales, está aderezada con escenas de acción, sexo y violencia al puro estilo del entretenimiento más actual (triste, pero cierto). La producción es realmente digna de Netflix. El guion es mucho mejor que el de las telenovelas que ya hemos visto sobre narcotráfico y las actuaciones son una delicia. Este Escobar –interpretado por el brasileño Wagner Moura– es un completo “patrón” de patrones. La gente se ha quejado porque su español no es perfecto y mucho menos su acento colombiano. Yo creo que este no es realmente importante.

Antes me quejé de que los supuestos mexicanos en “Breaking Bad” no sabían hablar español, pero un amigo me convenció de que eso era una nimiedad cuando las actuaciones y los guiones son realmente convincentes. Ahora lo creo y lo celebro, inclusive. Porque “Narcos” cuenta con excelentes actuaciones de mexicanos también, como las de Raúl Méndez, Paulina Gaitán, Bruno Bichir, Ana de la Reguera y Gabriela de la Garza.

El que sí causa más risa que credibilidad es el actor puertorriqueño muy popular en Hollywood, Luis Guzmán, quien de plano hace un soberano esfuerzo para hablar la lengua de sus ancestros.

Cuando tuve conocimiento de la existencia de “Narcos”, mi temor era que la serie estuviera contada solamente desde el punto de vista de los gringos. Sin embargo, me sorprendió que el ángulo de la serie va más allá y nos presenta personajes multidimensionales, quienes inclusive siendo los antagonistas, encuentran argumentos para defender sus posturas.

Lo dije alguna vez y lo repito: los antihéroes son más interesantes. Walter White, Francis Underwood, Hannibal Lecter y ahora… Pablo Escobar, quien de plano se lleva de calle a su némesis, el bueno, el agente Murphy (Boyd Holbrook).

La verdad es que no tengo críticas sustanciales sobre “Narcos”. Me pareció entretenida, trepidante y consistente durante los 10 episodios de su primera temporada. Bien escrita, dirigida, actuada y producida. Ya esperaba una serie así este año tan flojo, con muy pocos estrenos que han valido realmente la pena.

Mi calificación: 90 de 100.