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Nadal avanza a semifinales por abandono de Carreño
Rafael Nadal sigue volando en París. El balear ya está en las semifinales, aunque este miércoles logró el pasaporte de un modo inesperado y hasta cierto punto desagradable, porque aunque había sido superior a Pablo Carreño el pulso se terminó mucho antes de lo previsto, con el asturiano dolorido de un costado, lesionado de la abdominal. El detonante fue un servicio, antes de que se cerrase el primer parcial, y un smash obligado al comienzo del segundo le forzó definitivamente a parar. Consecuencia, abandono: 6-0 y 2-0.
Se detuvo el reloj a los 51 minutos, cuando Carreño tuvo que desistir. Hasta ese momento se había presenciado un pulso bonito, con buenos peloteos, pero muy desigual, porque hoy día Nadal embiste a todo el que se le pone por delante. Había firmado ya cinco breaks y obligado al asturiano a un desgaste importante. No rechazó el cuerpo a cuerpo Carreño y salió malparado, como en jornadas anteriores les pasase a tantos otros; para muestra, aquella imagen del francés Benoit Paire, rendido el día del estreno, apoyado en la red y cogiendo aire después del castigo.
Siempre exige un plus Nadal, físico y anímico. Fuerza y fuerza todo el rato sin bajar el pistón, conduciendo los partidos a su terreno y quebrando adversarios. Carreño, señor torneo el suyo –el lunes será el 17 del mundo–, resistió poco más de media hora. Entonces sintió un dolor abdominal y reclamó la asistencia. Se retiró al vestuario durante algo más de 10 minutos, en los que Nadal se meneó constantemente, porque hace frío en París y no quería perder chispa. Luego, al volver, con un vendaje en la zona dañada, lo intentó, pero en ese último remate su cuerpo le dijo basta.
De esta forma, Nadal accedió a sus décimas semifinales en Roland Garros, trazando un camino prácticamente impecable; de hecho, más impecable que nunca. Firmó su victoria número 100 a cinco sets en tierra (100-2) y ahora espera al joven Thiem, al que se ha enfrentado tres veces esta temporada (Barcelona, Madrid y Roma) con un balance favorable: 2-1. Fue una mañana tristona, porque en París, a unos 13 grados y con fortísimas rachas de viento, se pasó definitivamente a un clima otoñal y a Carreño, una lástima, no le quedó más remedio que ir a la red y tender la mano para la renuncia.
"Obviamente no es la mejor forma de pasar", reconoció Nadal en rueda de prensa. "Él es un amigo y no es la mejor forma de lograr una victoria, por una lesión del rival... A mí me ocurrió algo similar en el US Open de 2009, pero no actué bien, porque seguí jugando y me hice una rotura abdominal que al principio era de 6-7 centímetros y terminó siendo de 27...", continuó. "No quiero pensar en récords ni en nada de eso. Solo sé que estoy en las semifinales y he tenido sensaciones positivas porque estoy jugando muy bien. Quería estar en esta posición y lo estoy, eso es todo", zanjó.