Santiago.- El Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Interior y Seguridad Pública de Chile confirmó que es “altamente probable”, que el premio Nobel de Literatura 1971, el poeta chileno Pablo Neruda, haya sido asesinado en 1973.

Como querellante en el proceso (judicial), esta unidad ha sostenido que ‘de los hechos acreditados en el expediente, resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros en su muerte', indicó el organismo en un comunicado.

Aclaró que no ha adelantado conclusiones que sólo corresponden al tribunal, a cargo del juez Mario Carroza, quien investiga las causas de la muerte de Neruda 12 días después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, en una clínica de Santiago.

Un diario español señaló, con base en un documento oficial del Ministerio del Interior chileno incluido en el libro “Neruda. El príncipe de los poetas” de Mario Amorós, que es muy posible que Neruda haya sido asesinado por agentes de la dictadura (1973-1990).

El comunicado de prensa del gobierno chileno agregó que “el Programa de Derechos Humanos ha sostenido con claridad que existen versiones contrapuestas respecto a la causa de muerte de Neruda, las que se siguen investigando para intentar llegar a un veredicto judicial”.

Confirmó que el documento al cual hace alusión el diario español “efectivamente es parte de un escrito que este organismo envió al juez Mario Carroza, instructor de la investigación” sobre la muerte del vate.

Este documento, con fecha del 25 de marzo de 2015, forma parte del secreto del sumario investigativo, y no fue filtrado, entregado en confidencia o de ninguna otra forma a medio de comunicación alguno por este Programa de Derechos Humanos, recalcó.

Añadió que “ningún dato o pieza de evidencia parcial debe distraer a la opinión pública de la obligación de esperar el veredicto de los Tribunales de Justicia de Chile, que son quienes tienen la potestad de determinar la verdad en este doloroso caso”.

Forenses españoles detectaron tres tipos de proteínas en los restos de Neruda, dos de las cuales estarían relacionadas con el cáncer a la próstata que padecía y la tercera, la más extraña, con una eventual infección aguda que se desató en sus últimas horas de vida.