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Museo de la Revolución de Torreón, una opción para vacaciones
TORREÓN.- El Museo de la Revolución en Torreón fue inaugurado en 2007 durante el centenario de la ciudad como hogar de la historia de la región lagunera durante este período de la vida de México. Hoy, 11 años después, este recinto ha crecido en popularidad entre los habitantes de La Laguna.
En días pasados VANGUARDIA visitó el lugar y conversó con su directora, Silvia Castro, quien explicó que aunque la muestra permanente sobre la revolución es el punto central del museo son las actividades extra las que le dan mayor vida.
“La semana pasada inauguramos la exposición ‘Memoria Óptica’ y también tuvimos una charla con Francisco José Madero, presentamos una investigación que él ha hecho durante casi toda su vida, que empezó con charlas con su abuelo, el gral. Raúl Madero, hermano de Francisco y que se fue extendiendo”, comentó.
“Tuvimos muy buena recepción, vino mucha gente. Fue muy sentido porque había muchos miembros de la familia Madero preguntando y todo esto”, agregó.
El museo ocupa un antiguo chalet, construido por Wong Lim para la embajada China en un terreno que fue víctima de varios ataques revolucionarios, aspecto que le otorga aún más peso a su misión de hablar sobre esta época, aunque en algunos lados se ha creado la idea de que está enfocado en la figura de Pancho Villa, lo que Castro desmintió.
“Se hizo un poco esa idea pero realmente la exposición está enfocada en qué pasó durante la revolución en La Laguna, ese es el discurso”, explicó.
También comentó más detalles, como que La Laguna sufrió dos asedios, uno de ellos de 40 días, información que se puede encontrar en el recorrido de las 4 salas.
Sin embargo, la más dinámica es sin duda la sala de exposiciones temporales, en el segundo piso de la antigua casona, donde se han presentado muy diversos tipos de exhibiciones, principalmente de arte, desde lo más académico hasta lo contemporáneo.
En esta ocasión se puede observar sobre sus muros la muestra fotográfica “Memoria Óptica”, producto de un taller que realizó Mariano Aparicio con jóvenes de Torreón y Nueva Rosita.