Ciudad de México. Las mujeres apenas ocupan un 6 por ciento de las direcciones generales de las empresas, no el 10 por ciento como se ha dicho, pero la mayoría son familiares de los dueños. Además, como directoras ganan entre 17 y 23 por ciento menos que los ejecutivos varones y apenas un 7 por ciento se atreve a pedir aumento salarial en los dos primeros años de carrera laboral en contraste con el 57 por ciento de los hombres que lo solicitan en igual periodo, aseguró Mónica Flores, presidenta de la Cámara Americana o American Chamber (Amcham).

La culpa de esta situación no es sólo de las empresas y de los “machos”, sino de las mismas mujeres que por miedos y culpas no se atreven a levantar la mano para ocupar puestos directivos. Es responsabilidad de las mismas mujeres dejar de hacerse a un lado para zanjar la brecha que las separa tanto de los puestos directivos como de los ingresos salariales que tienen los hombres, señaló al inaugurar la edición 2017 del Programa de Desarrollo de Mujeres Ejecutivas de la Amcham, el que se pretende potenciar el liderazgo de mujeres con mentorías personalizadas de directivas de las empresas asociadas a la cámara, tales como Metlife, DuPont, Exxon Mobil, American Express, Manpower, Intercam, Nielsen, PwC, entre otras.

Aclaró que el problema no sólo es de México, pero dijo que el país ha perdido terreno a nivel mundial “porque no somos diversos y porque vivimos básicamente en una sociedad masculina”. Destacó que en las empresas afiliadas a la Amcham el 35 por ciento de los puestos de gerencia son ocupados por mujeres, por encima del 25 por ciento del promedio nacional, pero en puestos de alta dirección no rebasan el 6 por ciento.

Mitos sobre el techo de cristal

Hay muchos mitos sobre por qué las mujeres no llegan a los puestos de alta dirección, se bloquean o topan con un “techo de cristal”. En esos mitos se afirma que carecen de visión, que los hijos frenan su carrera laboral o que no tienen habilidades y competencias para ser líderes, pero lo que en realidad sucede es que tienen talentos y capacidades distintas a las de los hombres y su cerebro opera de diferente manera, sin que ello signifique que sean mejores o peores que ellos, aseveró Nora Taboada, consultora de YSC, una agencia global que se dedica a desarrollar líderes. Comentó que los hombres aplican o compiten por puestos de mayor nivel cuando se sienten 50 por ciento preparados para ello, pero las mujeres requieren 80 por ciento para hacerlo, indicó.

“Si no tomamos riesgos quedaremos siempre atrás, en las áreas de soporte ayudando a que el equipo triunfe y no tomando liderazgos en áreas de negocios ni levantando la mano para ascender por los miedos y las culpas que tenemos adquiridas por entrenamiento”, insistió la presidenta de Amcham.

Las mujeres deciden 70% de las compras de los hogares

Mónica Flores sentenció que la equidad y la inclusión de género no hay que verla sólo como un tema de responsabilidad social o de justicia sino también como un asunto de negocios y mercados porque diversas investigaciones muestran que las empresas que tienen mujeres en puestos directivos son más competitivas, más rentables e incluso más innovadoras.

No se debe olvidar, dijo, que las mujeres deciden 70 por ciento de las compras que se hacen en los hogares, incluidos los coches que adquieren los maridos, coincidió Mayra González, quien a sus 40 años es presidenta y directora general de Nissan México.

Al narrar a las participantes del evento, cómo una vendedora de autos llegó hasta la presidencia de una de una de las principales empresas automotrices que operan en el país, sin que se lo haya impedido su familia ni tampoco el haber quedado paralítica durante un tiempo debido a un accidente que tuvo hace una década, Mayra González enfatizó que el liderazgo comienza en casa: Desde ahí se debe construir una dinámica diferente para las niñas y eliminar paradigmas para darles seguridad y no limitarlas en lo que quieren hacer, como impedirles subir a los árboles como los niños porque “se vayan a lastimar las rodillas o ensuciar el vestido”, comentó.

La presidenta de Amcham mencionó que, dependiendo del estudio del que se trate, se calcula que la equidad laboral tardará en darse entre 110 y 180 años, aunque en la opinión de las mujeres de la llamada generación Millennial eso podría tardar apenas 23 años “son más optimistas, no sé si por falta de experiencia”.