Michael Kent, era un miembro neo-nazi de un grupo supremacista de Arizona. Los comportamientos violentos formaban parte de su cotidianidad. Entonces Michael, fue arrestado y sentenciado.

Al salir de la cárcel, conoció a la mujer de su vida. No en el sentido sentimental de la expresión, sino que esta mujer afroamericana, lo haría cambiar su opinión sobre las diferencias raciales.

Tiffany Whittier, es la oficial de guardia a la que Kent fue confiado, una vez que salió de prisión. Reuniones, charlas, confesiones. Nació la amistad, golpeando los prejuicios de él y la desconfianza de ella.

Para muchas personas que le preguntaron, de como acercarse a un neo nazi, Tiffany responde: “No estoy aquí para juzgarlo, no es mi trabajo, mi trabajo es ser una persona positiva en l vida de alguien”.

Y la tarea ha tenido éxito. Michael quitó las banderas con suásticas y las reemplazó con sonrientes. Fue acompañado por Tiffany para quitarse los tatuajes.

Nadie apostaría jamás a ese cambio. “No quiero que mis hijos vivan la vida de odio que he vivido”, dijo el hombre, “Quiero que me conozcan por lo que soy, un buen padre trabajador”. Ahora Michael está trabajando en una granja donde se crían pollos y gallinas.

“Ahora estoy participando en fiestas, y yo soy el único blanco”, declaró sonriendo.

Una historia para un final feliz gracias a la amistad. Michael dice que le agradecerá a Tiffany por siempre: “Ahora soy un hombre diferente y ella es parte de mi familia”.

Con información de Repubblica