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Muere a los 69 años la leyenda del beisbol, Bill Buckner
Bill Buckner, el jugador de Grandes Ligas cuyo error en la Serie Mundial de 1986 durante años vivió en el salón de la infamia de las Medias Rojas, murió el lunes.
"Después de luchar contra la demencia, Bill Buckner falleció temprano en la mañana del 27 de mayo rodeado de su familia", dijo su familia en un comunicado. "Bill luchó con coraje y agallas como lo hizo todo en la vida. Nuestros corazones están destrozados, pero estamos en paz sabiendo que él está en los brazos de su Señor y Salvador Jesucristo".
Tenía 69 años.
Buckner jugó 22 temporadas en las mayores, fue un All-Star una vez y ganó un título de bateo en 1980. Pero fue una pelota que pasó entre sus piernas en el Shea Stadium en una noche fresca el 25 de octubre de 1986 que formó parte de una de los momentos más impactantes del béisbol.
Boston, en busca de su primer título de la Serie Mundial desde 1918, iba con una ventaja de 5-3 al final de la décima entrada del Juego 6 contra los Mets. Nueva York lo empató con dos carreras, luego envió a Mookie Wilson al plato.
Wilson trabajó un conteo de 3-2 ante el relevista Bob Stanley, y luego, con un corredor en la segunda base, roleteó lentamente por la línea de la primera base en el décimo lanzamiento del turno al bate. Buckner se dirigió hacia su izquierda, bajó el guante para agarrar la pelota detrás de la almohadilla y pasó por debajo de sus piernas hacia el jardín derecho. Ray Knight anotó para dar a los Mets una victoria de 6-5. También ganaron el Juego 7, un fuerte golpe para un equipo de Boston que estuvo a un strike de un título tan esperado 48 horas antes.
Sus compañeros de equipo de las Medias Rojas dijeron que Buckner no tuvo la culpa, y señalaron que Boston ni siquiera habría estado en la Serie Mundial sin sus esfuerzos en esa temporada.
"Nadie jugó más fuerte que Bill. Nadie se preparó tan bien como Bill Buckner, y nadie quería ganar tanto como Bill Buckner", dijo el jardinero derecho Dwight Evans.
Pero muchos en la nación de Boston no lo vieron de esa manera.
Buckner fue cambiado a los Cubs en 1977, y disfrutó de algunas de sus mejores temporadas en Chicago. Ganó el título de bateo de la Liga Nacional en 1980, con un promedio de .324. Un año más tarde, fue nombrado para su único equipo All-Star y terminó décimo en la votación de MVP de la Liga Nacional.
En total, Buckner pasó 22 temporadas en las Grandes Ligas, jugando primera base o en los jardines para cinco equipos, incluyendo a los Medias Rojas dos veces; ellos lo firmaron como agente libre en 1990, pero tuvo problemas en el plato en su segunda estadía allí y fue puesto en libertad antes de retirarse oficialmente.
Terminó su carrera con 2 mil 715 hits, mil 208 carreras impulsadas, mil 77 carreras anotadas y 174 jonrones.
Después de su carrera como jugador, Buckner permaneció en el béisbol como entrenador, incluyendo una corta temporada como entrenador de bateo de las Medias Blancas en 1996-97, y un regreso a Massachusetts en 2011 como gerente de la liga independiente Brockton Rox.
Le sobreviven su esposa, Jody, y sus tres hijos, Brittany, Christen y Bobby, quien jugó béisbol colegialmente.
Su compañero del alma, Bobby Valentino, no dudó en expresar su sentir al postear imágenes en Twitter sobre el deceso de su amigo.
— Bobby Valentine (@BobbyValentine) 27 de mayo de 2019