Franca Sozzani, directora de la revista Vogue Italia desde hace casi tres décadas y una de las voces más influyentes de la moda italiana, ha fallecido este jueves en Milán a los 66 años, a causa de un tumor, según ha informado la Fundación del Instituto Europeo de Oncología, que Sozzani presidía.

La carrera de Sozzani es inseparable de la revista Vogue. Comenzó en Vogue Bambini, para pasar al espacio dedicado a mujeres, Lei, y posteriormente al de hombres, Per Lui. En 1988 fue nombrada directora de Vogue Italia, la revista de moda más exquisita del mundo, y como responsable máxima siempre llevó la innovación a sus páginas. Tras estudiar Filosofía y Lengua Germánica y completar su formación en Nueva York, Sozzani supo ver como ninguna otra editora la fuerza de la imagen y, de hecho, bromeaba con ser la creadora de Instagram en papel. Las imágenes pasaron a ser el mensaje fuerte de la revista, muy por encima del texto, y decidió que fuera siempre el mismo fotógrafo, Steven Meisel, el encargado de la portada.

Sozzani destacó por su valentía a la hora de plantear el debate y tratar temas polémicos. Como contó en una entrevista con El País Semanal en septiembre de 2014, la gran dama de la moda en Italia quiso aprovechar su cargo para “hacer el bien a las personas que no tienen tantas cosas”. Sin miedo a las críticas y guiada por sus ideales, llevó a las páginas de Vogue temas como la violencia machista, “la ridícula manera en que muchas mujeres arruinan sus rostros con la cirugía estética”, como ella misma decía, o el racismo. De hecho, confesó que el mayor acierto de su carrera fue “el número dedicado a las mujeres negras” de julio de 2008, que fue, además de “un motivo de orgullo”, el más vendido de la historia de la revista. Otra apuesta valiente fue fotografiar a mujeres embadurnadas de fuel después de la marea negra causada en 2010 por la British Petroleum en el golfo de México.

Siempre discreta, Sozzani se abrió a mostrar su vida en un documental dirigido por su hijo Francesco Corrozzini y presentado este año en el Festival de Venecia. Titulado “Franca: Chaos and Creation”, fue el homenaje que su hijo le hizo para celebrar su vida, cuando la periodista ya estaba enferma. Además de mostrarse como una adicta al trabajo, se adentra en su intimidad y confiesa que una de las cosas que le faltaron en la vida fue “la gracia del amor, algo que ocurre a pocas personas afortunadas”. Sozzani se casó una vez, cuando tenía 20 años, con su novio desde los 15, y se separó a los tres meses. Durante el viaje de novios, que duró el mismo tiempo que su matrimonio, llamó por teléfono a su hermana Carla y le dijo: “No se te ocurra casarte. Es un infierno”.