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Morena en Coahuila, una caricatura
No podemos comparar al filósofo José Vasconcelos con Andrés Manuel López Obrador pero tienen algunas coincidencias. Vasconcelos fue un gran político, educador, escritor y rector universitario. Pocos personajes en este País pueden igualar ese perfil. Los rasgos que Andrés Manuel tiene con el maestro consisten en que ambos son indigenistas, son Maderistas y en que, cada cual, en su momento, encabeza un movimiento político nacional. Uno, ya reconocido como vasconcelismo. Otro, el que aún no sabemos si trascenderá a la historia como “obradorismo”.
Ambos movimientos son revisionistas del régimen revolucionario. Ambos tienen en la oligarquía de su tiempo a un enemigo muy poderoso al que llaman “nuestros adversarios”. Ambos recurren a personajes de la historia cual modelo a seguir. El vasconcelismo no llegó al poder al ser derrotado en 1929. El obradorismo se juega el poder que ostenta en la elección del próximo 6 de junio.
El movimiento de Vasconcelos tuvo su principal apoyo en estudiantes universitarios que conformaron una vanguardia idealista y rebelde que logró la autonomía universitaria. Una juventud que no supo medir el peligro de enfrentar a los caudillos militares que en ese mismo año de 1929, habían liquidado la rebelión escobarista y la cristera.
¿Qué apoyo tenía en Coahuila el movimiento vasconcelista? Personalidades como Vito Alessio Robles, Eulalio Gutiérrez, Pablo González, Abraham Ojeda, Candor Guajardo y la hija de don Venustiano, Julia Carranza, entre otros.
¿Qué apoyos tiene hoy el obradorismo en Coahuila? Personajes como Armando Guadiana, Reyes Flores, Claudio Bres, el “Niño Azul” y Antonio Attolini, el exaltado admirador de AMLO que lo comparó con personajes de la talla a los que era comparado Vasconcelos (Tolstoi, Tagore, Gandhi), aunque Attolini se pasó de tueste.
Todos ellos carentes de autocrítica y esperando ingenuamente que el impulso de López Obrador los lleve sin dificultad al triunfo electoral.
Armando Guadiana Tijerina no es ningún miembro de la “raza cósmica” sino de raigambre minera y taurómaca. No congrega multitudes como aquellas que aquí en Saltillo, tras los torrenciales discursos de los vasconcelistas Vito Alessio Robles, Mauricio Magdaleno y Juan Bustillo Oro, estallaban en júbilo y aplausos.
Ya conocemos el desenlace de aquellas elecciones. Don Nazario Ortiz Garza venció a don Vito Alessio Robles. A nivel nacional Pascual Ortiz Rubio venció a José Vasconcelos. Y tras la derrota, el movimiento vasconcelista desapareció.
En Coahuila no existe el obradorismo porque la mayoría que se asume como tal está conformada por expriistas y expanistas que no son de izquierda sino impostores y oportunistas.
“Las palabras perdidas” (1956), es la crónica de la derrota vasconcelista donde Mauricio Magdaleno compara el desastre de su movimiento con la caricatura de una prostituta que se derrumba en un sofá: “Tras el entierro de nuestros muertos de Topilejo, estábamos a la mitad de la nada convertidos en una caricatura. Caricatura tanto más grotesca porque no nos dábamos cuenta de que lo éramos”.
¿Se darán cuenta los de Morena en Coahuila que son una caricatura de la 4T? Por favor, volteen a ver al factótum de AMLO en esta entidad, la más grotesca caricatura de Rius representada por don Perpetuo del Rosal.