Moreleando: ¿RIP o no?

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Moreleando: ¿RIP o no?

El pasado 30 de diciembre, Torreón se levantó con una preocupante noticia: “Moreleando llegaba a su fin”. En su última edición mensual, Moreleando contó con 25 mil participantes, para un total de 400 mil en los tres años que permaneció el proyecto. Sus integrantes consideran cumplido su objetivo: “Sacar a los laguneros de sus casas para recorrer la avenida Morelos”.

La frase por modesta, dice poco: Moreleando surge el 10 de noviembre de 2012, en ese preciso momento, en el cual, en palabras de Carlos Velázquez, los torreonenses desconocíamos en “donde radicaba el rasgo de identidad que nos unía ante tanta violencia (del narcotráfico y crimen organizado)”. Era ese momento, en el cual “no sabíamos que nossostenía imantados a una tierra que cada día que transcurría se alejaba más y más del ideal primario de sobrevivencia”. 

Moreleando inicia a cuadras del Hotel Palacio Real, rafagueado en varias ocasiones por bandas criminales. E irrumpe con el ánimo de recuperar nuestro Centro Histórico, asfixiado por la prostitución, el narcomenudeo y la extorsión. 

Su primer acto de recuperación simbólica, consistió en instalar una luminaria, comprada por el colectivo y con grúa prestada, en el oscuro tramo donde llevaba a cabo sus actividades. Esa luminaria alumbró su contribución en tres aspectos: Su incidencia en políticas públicas con la integración del Consejo Morelos-Centro Histórico que incluye a comerciantes y dueños de propiedades en la Morelos. Mismo que trabajó con el Gobierno Municipal, para diseñar un modelo de recuperación integral del Centro Histórico. 
Aunque, la falta de vocación ciudadana de las autoridades, aunada a su opacidad e ineficiencia en las obras realizadas en la Morelos, mermó las posibilidades de culminar tal proyecto a cabalidad.

La recuperación de la avenida Morelos detonó el surgimiento del Distrito Colón con 70 establecimientos comerciales, impulsados, mayormente, por jóvenesemprendedores. 
Finalmente, Moreleando construyó, a lo largo de tres años, una amplia base ciudadana; y armó vastas redes de voluntarios, artistas, artesanos, músicos, fotógrafos y comerciantes. 

Estos tres logros ubican a Moreleando como una práctica exitosa en recuperación de espaciospúblicos a nivel nacional. 

¿Qué sigue? ¿Su muerte o su resurrección? Por el bien de Torreón, esperemos lo segundo.