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Monterroso: la autopsia del cuento breve
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.” Palabras que sin duda la imaginación de incontables lectores. ¿Por qué? ¿Por qué esto no es simplemente una frase perdida o un íncipit que logró expandirse? ¿Qué tiene el cuento mínimo de Augusto Monterroso sobre un “tweet” o un mensaje de texto?
Un cuento breve se puede considerar una oración o una frase, como ha llegado a comentar el autor Armando Alanís. Por esto es probable que muchos lectores y críticos no consideren el cuento mínimo “obras literarias” que tengan gran profundidad.
Pues bien, intentemos “exprimir” este cuento breve llamado “El mundo”:
El único personaje que se plantea aquí es el llamado “Dios”. El cuento jamás nos responde de qué dios se está hablando (¿Alá, Horus, o Zeus acaso?). Luego existe un conflicto: el mundo no está siendo “creado” actualmente. Es decir, que dicho Dios es un dios “creador” que no ha creado nada.
Después viene un giro del argumento. El mundo está siendo imaginado, en lugar de ser creado. Es en esta parte que podemos “simpatizar” con Dios; puesto que las personas también imaginamos. Imaginamos historias, que jamás “construimos” en nuestro mundo.
Para la conclusión o el final de esta historia, se viene una explicación. Una resolución para Dios. Y es que ésta es la razón por la que es mundo es perfecto, pero confuso. Una sutil ironía ya que el mismo cuento es confuso, dándonos a entender que todo lo que nos rodea también lo es.
El cuento es el mundo, y como éste… no se entiende nada.
Puede que ahora comenten “Bueno, explica ahora el dinosaurio”. Pero me temo que no es posible, puesto que también, como aquel legendario cuento, esta nota se ha terminado, cuando apenas había empezado.