Monterrey, Di Caprio y ¡el oso!

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Monterrey, Di Caprio y ¡el oso!

Que los jóvenes de Monterrey salieron a la Macro para celebrar.

Eso no sería noticia para los que vivimos en el área conurbada de la capital regia si supiéramos que salieron a festejar algún triunfo de la Selección Mexicana ganando algún Mundial (sic), o para celebrar a los equipos locales, los Tigres y los Rayados, por haber ganado el campeonato de la liga mexicana de futbol.

Ver a la gente pitando el claxon de sus carros, vitoreando y gritando en la Macroplaza, sería lo más normal y común para los que vivimos aquí, siempre y cuando se tratara de futbol.

Pero no, no fue así.

Miles de personas, en su mayoría jóvenes, salieron a celebrar a la Macroplaza nada menos que ¡por el Oscar que se ganó Di Caprio como Mejor Actor!

Hubo de todo, gritos, bailes, abrazos, besos, euforia, máscaras, y hasta una botarga disfrazado de oso hizo una fiesta del momento.

Se habla de unas 6 mil personas reunidas en la Macroplaza para celebrar la actuación de Leonardo Di Caprio en el filme The Revenant, y porque el mexicano Alejandro González Iñarritu ganó por segunda ocasión un Oscar como Mejor Director.

No, espéreme, no estoy bromeando. ¡No es broma! ¡Le estoy hablando en serio! O que la, ¡es en serio!, ¡de verdad! O que la…

Mire, le explico mi punto del suceso, del hecho acontecido que viene a darnos una pena ajena que para qué le cuento…

Hace un par de años entrevisté a la luchadora social y experta en temas financieros Liliana Flores Benavides, muy conocida en esta ciudad y a quien considero un ejemplo de lucha y esfuerzo para mejorar la vida de miles de personas en esta capital regia.

En aquella entrevista de semblanza, Liliana me explicaba el cómo le llegaba a cansar que cuando se encontraba a la gente en el supermercado o en la calle, ésta le comentaba “Liliana, ¡subieron las tarifas del gas: ahí te encargamos! O las de la UANL ¡qué injusticia!, le decía la gente. A lo que la ex candidata a la gubernatura por Nuevo León les decía: Bueno, vamos a reunirnos en la Macro para hacer una protesta masiva, y la gente sacaba mil pretextos y la dejaban sola protestando ante los medios de comunicación, en la calle, afuera del Congreso local o en la Macroplaza.

Flores Benavides me comentaba en aquella ocasión que a ella le decepcionaba la poca o casi nula participación social de los nuevoleoneses.
Decía:

“Cuando en este estado, la gente ve que le subieron las tarifas de los servicios básicos, o las colegiaturas, la canasta básica o el transporte urbano, en vez de protestar, cerrar calles, hacer mítines, marchas o manifestaciones, aquí la gente dice ‘chin, ahora tengo que doblar turnos, o buscarme otro trabajo, porque ahora nos alcanzará menos para comer”.

Entonces, Liliana Flores explicaba que la gente de Nuevo León, cuando se trata de exigir justicia, es una sociedad apática; ah, pero eso sí, le encargaban a ella que fuera a protestar y que representara los intereses de los ciudadanos para manifestarse en contra de las alzas de las tarifas de todo, a nombre de todos.

Eso, comentaba la luchadora social, es infinitamente cansado, porque no hay unidad ni participación social en Nuevo León.

En pocas palabras, decía, aquí la gente se deja de todo, y prefieren trabajar más, y hasta el doble, en vez de protestar por todo aquello que les aqueja como sociedad.

Yo le dejo –además de la pena ajena que me cargo- con la imagen del oso, pero no del que sale en la película, sino del oso que hicieron miles de jóvenes emocionados en Monterrey por el triunfo de Di Caprio, que viene a confirmarme la opinión que tengo, como maestra, de esta generación de nuevoleoneses.

Porque si así salieran a protestar en Monterrey por el alza a las tarifas del gas, de la luz, del agua, por las híper colegiaturas que cobra la UANL y por el transporte público que es uno de los más caros del país, esta ciudad tendría más justicia social y no habría tantos jóvenes en las drogas y sin estudiar.

Si así se unieran para protestar por la corrupción de los políticos que le han robado a los ciudadanos hasta el derecho de ser votados, este estado y este país sería otro, sin duda.

Qué triste generación de jóvenes ignorantes, apátridas y apáticos ante la problemática social que les golpea diariamente.

Cuando sean padres y no les alcance ni para la canasta básica, espero que se reúnan así en la Macro para protestar por todo aquello que considerarán injusto, porque mientras ellos vanaglorian a un actor extranjero que nada tiene que ver con México, los poderosos corruptos y el narcotráfico llevan a este país a la ruina social, económica y cultural mucho peor que la que generó la Revolución Mexicana.