Mont Saint-Michel, la abadía sobre el mar

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Mont Saint-Michel, la abadía sobre el mar

La ciudad nació con una iglesia ‘encargada’ por San Miguel Arcángel.
Accesible sólo a través de un puente, 3 millones de turistas visitan al año esta isla en la costa de Normandía, una pequeña villa regida por salones palaciegos y una antiquísima abadía que ofrece una estadía corta, relajada y confortable, aislada del resto del mundo

El 22 de marzo de 2015 una “súper marea” aisló por completo a Mont Saint-Michel de la costa, cubriendo el puente construido en 2014 que facilitaba el acceso al lugar. La creciente, aunque peligrosa, resultó un agradable espectáculo para los miles de turistas que aquel día quedaron barados en la isla.

Aunque no provocó daños, el nivel que alcanzaron las aguas es de mencionarse porque nunca había llegado a tal altura. Antes de la construcción de dicho puente el acceso al monte estaba condicionado por las mareas bajas, que descubrían un sendero natural de arena que conectaba la isla con el continente.

Y así fue por muchos años, desde la construcción de una pequeña capilla que según la tradición fue encomendada por San Miguel Arcángel al obispo de Avranches, y que con el paso de los años fue evolucionando. Primero, en el siglo XIII se expandió con una iglesia románica, luego fue fortificada en el siglo XIV y soportó los ataques de la Guerra de los Cien Años, para finalmente ser reemplazada en el siglo XV por la abadía gótica que hoy podemos ver aún, coronando la cima del monte.

La abadía y la villa que la rodea fueron usadas durante la Revolución Francesa como una cárcel y centro militar por el regimen republicano, se le dio fin a tal uso en 1874 y en 1979, tanto el emplazamiento del monte como la bahía circundante fueron agregados a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Su población no supera los 50 y entre ellos se hayan monjes y monjas de la Fraternidad Monástica de Jerusalén. Este grupo sucedió a los benedictinos quienes, al cumplirse el primer milenio de la construcción, en 1966,  ocuparon la abadía y restauraron su función eclesiástica.

El resto de los miembros de esta pequeña comunidad ejerce sus profesiones y oficios alrededor de la vida turística del lugar. Hoteles, hostales, restaurantes y tiendas de regalos son sólo algunos de los servicios que ofrecen.

Pasar una noche en Mont Saint-Michel llega a costar desde 100 euros ($2200 pesos), y la página oficial ofrece sólo tres hoteles, el Hotel Duguesclin, Le Mouton Blanc y la Vieille Auberge. Sin embargo, en la costa hay más opciones, más baratas, y a menos que se trate de temporada alta y el tráfico se vuelva un problema, el viaje a traves de la bahía no es largo y puede ser parte de la experiencia en la visita. El Hotel Vert, por ejemplo, (76 euros la noche, aproximadamente mil 600 pesos) se encuentra a una caminata de distancia.

Además, en Pontorson, a unos kilometros de la costa, tierra adentro, hay un sitio para acampar, opción que amplia las posibilidades turísticas de la región.

La comida de esta zona de normandía es única debido a que los llanos salados de la playa, esos mismos que se cubren de agua cada cierto tiempo, (y que es peligroso cruzar a pie sin ayuda de un guía), proveen de cierta salinidad los pastizales que usan los ganaderos de ovejas, y esta carne adquiere entonces un sabor particular que es potencializado en la comida de los restaurantes de la locales.

La Mere Poulard es el restaurante más popular en la isla. Además de ser también un hotel (con el precio determinado por estar en el monte) es famoso por poseer un mural de firmas de grandes personalidades que han comido en sus mesas, entre ellos Yves Saint-Laurent y Ernest Hemingway. Su menú ofrece una combinación de comida marítima y comida tradicional francesa. Su omelette es una de las recomendaciones más aplaudidas.

Las atracciones turísticas quedan dentro del rango de lo cultural en su mayoría. Incluidos estan el tour por la abadía, el Museo Histórico de Mont Saint-Michel y el Museo de Ecología Marítima. A ellos se suman los paseos por las calles medievales del monte, el camino a través de la bahía y, por supuesto, no podía faltar, viajes en globo, disponibles para quien desee observar el paisaje.

Para llegar a Mont Saint-Michel se recomienda usar carro propio, rentado o autobús. Está a cuatro horas de París pero también está el aeropuerto de Saint-Jacques en Rennes, a una hora de distancia. La temporada alta dificulta el acceso por automóvil y, considerando que Mont Saint-Michel es más apropiado como una parada en un tour europeo que como un destino para pasar varios días, es más adecuado alojarse en la costa y caminar hasta la isla.

¿Cómo llego?
>  La ruta más conocida es viajar desde París, queda a cuatro horas de distancia y algunos tours incluyen esta parada. Pero si se desea iniciar el viaje aquí, se puede volar directamente a Rennes