Comparte Marcela Soto sus 20 años de labor en la enfermería, con motivo del Día de la Enfermera
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Comparte Marcela Soto sus 20 años de labor en la enfermería, con motivo del Día de la Enfermera
Ser enfermera no es fácil, es una de las profesiones que requieren de más entrega y dedicación, tener la capacidad de cuidar a un paciente, protegerlo, entenderlo y darle cariño no lo puede hacer cualquiera, por eso a las enfermeras se les considera como ángeles, porque llegan en momentos de dolor y angustia para dar alivio y comprensión.
Maricela Soto Preciado es una de ellas, quien durante 20 años ha entregado su vida a los pacientes, a sus necesidades y a buscar la manera de hacer sentir bien a quien lo necesita.
“Es ponerse en el lugar del otro, entender su dolor, volverlo nuestro, es la única manera de poder ayudar a un paciente”, es lo que dice esta enfermera que día a día busca ser mejor para las otras personas.
El deseo de Maricela por convertirse en enfermera, surgió porque su hermana estaba enferma, ella siempre quiso cuidarla y hacerla sentir mejor ante su enfermedad. Por eso decidió que su camino era la enfermería, pues quería ayudar a quienes sintieran dolor y necesitaran de cuidados y cariño.
Originaria de Monclova, Coahuila, Maricela estudió Enfermería General en la Escuela de la Cruz Roja, luego cursó la licenciatura; tiene diversas especialidades en cuidados intensivos en adultos, pediatría, en administración y actualmente se encuentra estudiando una Maestría en Educación y es Jefa de Enfermería en el Hospital General de Saltillo.
Maricela dice que una enfermera debe tener cualidades muy específicas, que la llevarán a poder ejercer su trabajo de una manera adecuada: para empezar, hay que tener vocación.
“Si no hay vocación, no hay nada, porque entonces no vas a poder hacer su trabajo, no lo vas a hacer con amor, te tienes que poner en el lugar del paciente, para que entiendas su dolor y así poder ayudarlo”, expresó Soto Preciado.
También dice que una enfermera debe ser respetuosa, paciente, tener actitud de servicio, ser humilde, humanista, responsable, tener ética y sobre todo ser empática, ya que sin empatía no se puede lograr una conexión con el paciente y el problema que lo aqueja.
UN PACIENTE DIFÍCIL
Como lo dijo Maricela, ser enfermera significa entender a los pacientes, ponerse en el lugar de ellos por un momento para así poder comprender su sufrimiento.
Sin embargo, a lo largo de su carrera, ella ha vivido experiencias que la han marcado. Recuerda una de ellas casi a diario, porque debido a lo que le sucedió creció profesionalmente.
La enfermera cuenta que aquella ocasión había un paciente en el hospital: Daniel. Él padece VIH y tratarlo era difícil, pues se ponía agresivo, no quería que alguien lo atendiera y todos le huían, le tenían miedo, incluida Maricela; no sabían qué hacer con él porque tenía mucho odio hacia la vida debido a su enfermedad.
No obstante, el caso le fue asignado a Maricela. Al principio, cuenta la mujer, la situación era complicada porque era imposible hacer algo para que Daniel se calmara.
Sin embargo, un día se dio cuenta que si quería ganarse la confianza del hombre, primero debía entender su vida, comprender lo que le ocurría, además de brindarle su apoyo y cariño.
“Pues era muy difícil tratar con él, nadie quería atenderlo porque se ponía muy agresivo, pero tuve que entender lo que le pasaba, platicar con él y fue así como se fue abriendo y por fortuna salió adelante y se recuperó, ya está mejor. Por eso digo que tener empatía es de las cualidades principales que debe de caracterizar a una enfermera”, expresa la mujer.
‘Nunca se deja de aprender’
Maricela Soto Preciado es de las personas que piensa que uno nunca deja de aprender y que ser enfermera no es la excepción, pues siempre hay que prepararse de más para ofrecer un plus a los pacientes.
Cuenta que le ha tocado ser guía de infinidad de enfermeras recién egresadas que apenas van caminando por el sendero de la enfermería; siempre les aconseja que tomen algo de cada profesional que conocen, que aprendan a quedarse con todo lo bueno para después poder aplicarlo en sus carreras.
Maricela es un ejemplo de dedicación y ganas de crecer como enfermera, siempre está dispuesta a aprender cosas nuevas y a dar todo de sí cuando un paciente sufre y requiere de su comprensión.
“Lo que siempre les digo es que tengan vocación, es lo principal, que absorban todo lo que puedan de quienes los están guiando, para que puedan ser buenas enfermeras”, recomienda.