Moda, transparencia y DH

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Moda, transparencia y DH

La transparencia es una cualidad que se puede llevar a distintos ámbitos. No sólo los gobiernos requieren de esa condición para mejorar sus prácticas, también otros sectores podrían generar información con la finalidad de conocer los impactos que determinada industria genera a la sociedad, al desarrollo económico e incluso a la salud y medio ambiente.

La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. El rubro del vestido usa cada año 93 mil millones de metros cúbicos de agua, de acuerdo a un estudio presentado durante la Conferencia de la ONU sobre el Comercio y Desarrollo, en Ginebra, Suiza.

Hablar moda no es sólo hablar de tendencias, colores, diseño o estética. La moda como industria también conlleva una serie de retos, de los cuales hemos profundizado muy poco en México.

Antes de comprar esa ganga que luce maravillosa en los aparadores y que tanto ansiamos tener, tratemos de imaginar y preguntarnos cómo son las condiciones laborales de la persona que cosió la prenda: ¿cuántas horas trabaja?, ¿recibe un salario justo?, ¿tiene seguro médico?, ¿cuál es su edad? Sobre los materiales de la ropa: ¿qué tinte se emplea para emular el color de temporada?, ¿a dónde van los residuos del teñido?, ¿en qué condiciones viven las personas que intervienen en el proceso de producción?, etc. Cuestionamientos vinculados a la ética laboral, los derechos humanos, los sistemas de producción y la equidad social que también son la otra cara del refinado mundo de la moda.

Las organizaciones civiles Fashion Revolution y Arte, Lenguaje e Investigación para el Cambio Social (Arlenica) anunciaron que para octubre de 2020 estará listo el primer índice de transparencia de la industria de la moda en México, el cual considerará a 25 empresas, cuatro internacionales y el resto con producción a nivel nacional.

Fashion Revolution ha realizado este índice a nivel global desde hace cuatro años. Algunos de los datos generales sobre México, que podrían servir como punto de partida, son que diez estados concentran el 78.9 por ciento de la producción de vestido: Ciudad de México con 24.5 por ciento, Estado de México con 19.4 por ciento y Puebla con 8.7 por ciento.

El País se ubica como el noveno productor a nivel mundial de calzado y cuero con León, Guanajuato, donde se manufacturan 7 de cada 10 zapatos.

En el primer semestre del 2019, el 67 por ciento de las familias mexicanas compraron ropa y calzado con un gasto promedio de mil 650 pesos. El promedio de piezas adquiridas es de 9. ¿Qué pasa con los fashionistas (aquellas personas que gustan de estar al último grito de moda)? Aunque se trata de un pequeño segmento de consumo, suelen gastar más del doble que un hogar promedio, es decir, en un semestre destinan 4 mil 672 pesos en prendas o zapatos, de acuerdo a datos de la consultora de datos Kantar Worldpanel.

Luego de las críticas de organizaciones civiles y grupos como Greenpeace a la industria de la moda por el uso de sustancias químicas peligrosas y los señalamientos por violaciones a los derechos humanos, tanto de los trabajadores involucrados en varios puntos de la cadena de producción como de la población en general por los riesgos de impacto ambiental y a la salud, surge la necesidad de comenzar a evaluar cómo estamos en México en este rubro porque, como lo dicen las cifras, se trata de un mercado nada despreciable en el País.

Este índice podría ser una herramienta de utilidad para las empresas del sector porque permitiría tener un diagnóstico y, con ello, comenzar a implementar acciones a favor de los derechos humanos de todas las personas.