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‘Moana’: La fórmula con magia visual
Calificación: 8.5 de diez
¿Qué hace buena a una película de Disney? ¿Cómo han logrado mantenerse como el indiscutible estudio de animación más popular de la historia? La respuesta equivaldría a saber la receta secreta de la Coca-Cola y para obtenerla se necesitaría desenterrar a Walt Disney y hacer un pacto con el diablo para que nos revele todo. En pleno 2016 se podría pensar que es una fórmula muy concreta y hasta fácil de detectar. Sin duda tienen sus constantes, sí se puede hacer una fórmula y se pueden enumerar elementos: las princesas, las canciones, las aventuras en reinos mágicos… “Moana” tiene todo eso, pero su indudable encanto es algo irresistible y difícil de explicar.
La cinta se ubica en la región de Polinesia en Oceanía, donde vive Moana, una joven princesa de una isla cuyo destino es heredar el trono de su padre. Ella siempre ha querido navegar y ver qué hay más allá de sus límites, pero todos los habitantes tienen prohibido ir demasiado lejos, por un gran temor al mar. Cuando una fuerza oscura comienza a poner en peligro la vida en su isla, Moana deberá desafiar esta prohibición para embarcarse en un viaje junto al semi-Dios Maui, un arrogante y musculoso ser capaz de transformarse en diversos animales. Su misión será devolver una joya perdida a una Diosa, para reestablecer la armonía en la naturaleza.
Leyendo la sinopsis anterior me vuelve a dar esa sensación de que podría ser el argumento de alguna película de Hayao Miyazaki, con sus temas ecológicos y sus villanos ambiguos y a veces hasta ausentes. Pero eso sería tal vez darle demasiado crédito. Esta película es una historia bastante común, que se ha visto infinidad de veces. El héroe elegido que tiene que aceptar su destino, hacer un viaje, crecer y a su paso salvar a sus seres queridos de la inevitable destrucción. Es un argumento que se ha usado en muchas películas, incluyendo las de Disney. En ese sentido, se podría decir que “Moana” es corta en ambiciones.
En otras palabras: ¿es esta película la fórmula clásica de Disney? Definitivamente. Como obvias diferencias debemos puntualizar las dos más importantes. Que esta es la primera cinta donde Disney se contextualiza en la cultura de Oceanía y esta princesa no se dedica a esperar a su príncipe azul, es más, ni siquiera tiene un interés amoroso en toda la película. Este personaje femenino se trata con el respeto de cualquier ser humano, rompiendo muchos estigmas que el propio Disney creó años atrás. Vale la pena señalar que este tampoco es un cambio radical que sorprenda. De hecho, un personaje así parece lógico, está lejos de ser innovador o incluso escandaloso. Es un buen cambio, pero tampoco es para que nos asustemos, ni que por eso sea mejor este filme.
Hay un par de comentarios que dudan de las capacidades de Moana por ser mujer, pero la cinta tampoco quiere hacer el discurso de “las mujeres también pueden”. Si bien esos comentarios están de más, no es algo que la cinta nos taladre demasiado. Moana es la protagonista, independientemente de su sexo y eso se aplaude, aunque podríamos ponernos a discutir por horas sobre si se está siguiendo una moda, etcétera. No lo haremos, ese no es el punto, porque, como ya lo dije, la historia no es nada del otro mundo. Tiene carisma, encanto y nos atrapa, pero se siente como un lugar demasiado seguro, que no toma riesgos, ni tiene un mensaje poderoso. Comparada, por ejemplo, con “Zootopia” (también de Disney y también este año), “Moana” se queda muy debajo en cuanto a impacto narrativo.
Creo que la película descuida su historia en favor de la producción. ¡Pero qué producción! No quisiera decir que “Moana” no se parece a nada que hayan visto antes, porque no es así, pero sí es bastante impresionante. Y no me refiero sólo a muchos colores y movimientos para captar la atención de los niños. Visualmente “Moana” es todo un reto artístico, que juega con los colores y hasta con distintas técnicas de animación. La sobresaliente textura y movimientos del agua, se recrean de manera fabulosa, no sólo como si estuviéramos viendo un mar real, sino para transmitir a la perfección esa agua mágica que es también un personaje. Además, varios números musicales combinan animación tradicional con la computarizada, volviéndose un deleite colorido para el espectador.
Pero además de las secuencias musicales, que superan por mucho a las canciones en cuestión (o si no, al menos las hacen más llamativas), también está el diseño de personajes. Maui y sus tatuajes, que también tienen vida propia, unos piratas hechos de coco y sus enormes barcos que parecen salidos de alguna película de “Mad Max” y los diversos monstruos gigantes que se nos presentan. Los vemos con la boca abierta. En todo esto la cinta sí tiene capacidad para impactar. Casualmente, esta es la primera película de animación por computadora de los directores Ron Clements y John Musker, que para Disney han realizado clásicos como “La Sirenita” (1989), “Aladdin” (1992) y “Hercules” (1997), entre otras.
Uno espera ya ciertas cosas de un musical de Dinsey. Y aquí están todas: una princesa, canciones pegajosas y magia, en el sentido literal y en el sentido de ese encanto que cautiva al espectador, lo que podríamos llamar “magia del cine” o eso que ha hecho de Disney el imperio que es hoy. Sonaría muy irrelevante tratar de criticarlos por no tomar riesgos, pero lo hicieron este año con “Zootopia” y Pixar (de la que son dueños) lo hace muy bien casi siempre. Así que “Moana” viene a ser una cinta muy tradicional en ese sentido. Pero lo que promete, lo da, con bastante solidez y al menos puedo asegurar que visualmente la cinta no decepciona.
El dato
> Elenco: Auli’i Cravalho, Dwayne Johnson, Rachel House, Temuera Morrison, Jemaine Clement.
> Directores: Ron Clements y John Musker.
> Género: Animación.
> Clasificación: A
> Duración: 103 minutos