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Mitsubishi admite manipulación en consumo de combustible
Empleados de Mitsubishi Motors Corp. falsearon datos de pruebas de emisiones para varios modelos de vehículos, según reveló la empresa el miércoles.
La automotriz, fabricante de la camioneta eK y la camioneta deportiva Outlander, indicó que las pruebas con datos inexactos afectaban a 157 mil de sus vehículos ligeros para pasajeros con su marca y a 468 mil producidos por Nissan Motor Co.
El presidente de la compañía, Tetsuro Aikawa, dijo que la situación se había reportado al Ministerio de Transportes.
El problema se detectó después de que Nissan identificara inconsistencias en los datos de emisiones. Mitsubishi realizo una investigación interna y determinó que se habían falsificado datos.
La compañía luchó durante años por recuperar la confianza de los consumidores luego de un escándalo a principios de la década de 2000 relacionado con los intentos de tapar problemas en los vehículos como fallos en los frenos, embragues defectuosos y depósitos de combustible propensos a deprenderse.
Mitsubishi Motors Corp dijo que sus vehículos no pasaron una prueba de ahorro de combustible, lo que hundió el miércoles sus acciones más de un 15 por ciento y borró mil 200 millones de dólares de su valor de mercado.
La sexta automotriz más grande de Japón por valor de mercado, dijo que el presidente de su directorio, Tetsuro Aikawa, ofrecerá a una conferencia de prensa a las 17:00 hora local (0800 GMT) para abordar los problemas relacionados con dichas pruebas.
"Se descubrió que nuestros vehículos no pasaron parte de una prueba de ahorro de combustible", dijo un portavoz de la automotriz. Mitsubishi Motors declinó ofrecer más información. Ninguna persona en el Ministerio de Transporte de Japón estaba disponible inmediatamente para hacer comentarios.
Las acciones de Mitsubishi Motors cerraron con un desplome de más de 15 por ciento, a 733 yenes cada una, en su mayor caída diaria en casi 12 años.
En septiembre de 2015 la Agencia de Protección Ambiental de EU informó que Volkswagen es acusada de diseñar un programa para autos que oculta a los reguladores el volumen real de emisiones de gases tóxicos.
Más de 11 millones de automóviles fueron revisados y se concluyó que el software que regulaba el nivel de emisiones se activaba cuando comenzaba una prueba.