Hay que ser claros: hasta el día 2 de abril no existe una vacuna contra el COVID-19. Por ello, ninguna otra vacuna desarrollada con anterioridad para tratar cualquier enfermedad no es efectiva.

Desde hace días se esparció el rumor de que los remedios contra la neumonía o la influenza en específico la vacuna, ayudaba como tratamiento preventivo o para aliviar los síntomas.

NO ES ASÍ.

La Organización Mundial de la Salud explica que el COVID-19 es un nuevo brote de la familia de los coronavirus. Y aunque científicos alrededor del mundo se encuentran trabajando para encontrar un remedio global y efectivo desde finales de 2019, ese momento aun no llega.

No obstante, la OMS informa que vacunarse contra enfermedades que puedan afectar las vías respiratorias es una buena idea. En especial porque una de las complicaciones del COVID-19 es la afectación de las capacidad pulmonar. 

También es importante decir que el 80% de las personas que contraen el virus no presentan síntomas y se recuperan con descanso.

Más allá de esto, recuerda seguir las indicaciones de distanciamiento social que han emitido las instituciones de salud durante esta contingencia, para que la crisis se pueda ser superada con mayor prontitud.