En el entorno represivo acostumbrado de los últimos años, es decir, protegido mediante barreras que evitaban acercarse al centro de alabanza a quienes quisieran manifestar una idea contraria a la narrada por el gobernador Moreira 2.0, transcurrió el último informe de sus “actividades y obras”, bendito sea Dios, ante la cuenta regresiva de los días nefastos del sexenio de las mentiras y la escasez, ante la presencia del probable gobernador interino del Estado de Coahuila, dado sea el caso de la nulidad de la elección de junio.

La voz del Mandatario no tiene la misma energía de hace seis años cuando proclamaba sonrisas y encargos, uno a uno de sus slogans fueron descartándose por irreales.
Los consabidos ejes de gobierno: seguridad, educación, salud y desarrollo social se hundieron en el peor de los fracasos de una administración gubernamental.

Por más que se quisieron acomodar las cifras y comprar encuestas, la realidad refiere un estado en el que nadie se encargó de la seguridad.

Durante su sexenio fueron cometidos hasta octubre de 2017, la cantidad de 290 mil 176 delitos diversos entre los cuales más de 2 mil 600 refieren asesinatos violentos; es decir, que cada mes existieron 4 mil 030 tropelías en promedio y 134 cada día.

Sin embargo, los anuncios aseguraban avances en ciertos delitos comparando periodos actuales contra los peores escenarios provocados desde la administración pública.
Continuamos siendo restringidos por nuestros vecinos del norte para ser visitados, sólo Saltillo, Parras y un paraje de la sierra de Arteaga. El lugar más peligroso del Estado sigue siendo la frontera y en especial Piedras Negras, desde ese sitio hasta el límite del Estado hacia Nuevo león (consulta del sitio internet de US Embassy 8/11/2017).

El sistema de Salud estatal está en bancarrota, así se lo heredaron a Jorge Verástegui los “doctores” notables por su proclividad a hacer de la administración de salud una mina particular.

Castellanos, Cortés y Zapata saquearon el patrimonio de esa Secretaría, destinado a la construcción de hospitales aún en obra negra, y contribuyeron con esta acción a descuidar el ataque y prevención de epidemias en la población.

Somos el Estado con más diabéticos del País, amén de que 913 mil coahuilenses no son derechohabientes de servicios de salud, que la mortalidad promedio en los hospitales generales del Estado (en realidad sólo 13) es del 3.1 por ciento y en donde se practicaron entre 2013 y 2016: 6 mil 343 abortos.

La ausencia de obras es evidente. Pagando anualmente 4 mil millones de pesos de intereses ha sumado ya 24 mil millones a la deuda heredada en el negocio del siglo para Interacciones, los dos hermanos y la feliz familia.

Humberto en su último informe señalaba, por ejemplo, que durante su administración se habían pavimentado mil 540 kilómetros de caminos rurales; y su versión némesis refiere la construcción de solamente 600 en este sexenio.

Este de Saltillo era el informe de pantalla, de falacias y de autoproclamaciones. A la par en la Ciudad de México y casi al mismo instante, un informe era presentado ante legisladores federales en el que se hacía constar otra realidad de Coahuila, según la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas: “Las autoridades estatales no realizaron ningún tipo de investigación sobre las acciones delictivas de un cártel, donde desapariciones y crímenes siguen en impunidad y sin ningún seguimiento. Además que según los testimonios, la influencia de este grupo delincuencial sobre el Estado de Coahuila en todos los niveles de Gobierno les permitió llevar a cabo sus negocios a lo largo del Estado con impunidad y, a menudo, con el apoyo directo de funcionarios públicos y policías estatales y municipales, incluyendo los dos gobernadores Moreira”. ¿Usted cuál califica de real?