Misión fallida

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Misión fallida

Foto: Especial
Viva el simulacro de la NASA en el que un asteroide destroza Nueva York (y por qué 240 expertos no pudieron evitarlo)

Un equipo de astrónomos, ingenieros y especialistas en ciencias planetarias no lograron evitar que un asteroide impactara la Tierra.

Este devastador escenario fue solo un ejercicio teórico diseñado por la NASA, pero quienes participaron en él aprendieron lecciones que podrían ser útiles si algún día nos llegásemos enfrentar a ésta, no imposible, pero muy poco probable situación.

Durante una semana, 240 investigadores de varios países, expertos en temas espaciales, se reunieron en la ciudad de Washington durante una conferencia convocada por la Academia Internacional de Astronáutica.

La idea era preparar a la NASA para enfrentar el posible impacto de un asteroide en curso de colición con nuestro planeta.

Las variables en juego

En el marco de la conferencia, uno de los puntos centrales fue el simulacro, en el que los participantes debían armar un plan de reacción para el caso de que un asteroide amenazara

impactarse contra la Tierra.

El ejercicio planteaba un escenario hipotético en el que un asteroide que medía entre 100 y 300 metros de diámetro tuviera 10% de posibilidades de chocar con nuestro planeta el 29 de abril de 2027.

Así que, los científicos tenían un plazo de ocho años para evitar o reducir la amenaza.

La pregunta a contestar era, ¿estamos listos los terrícolas para enfrentar el choque de un asteroide contra nuestro planeta?

Como parte del ejercicio, los investigadores recibían constantemente datos sobre el tamaño, la trayectoria, el lugar y las posibles fechas de impacto del asteroide.

En base a esa información, debían decidir cuál era la mejor estrategia para salvar al planeta de una catástrofe.

 

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Primera aproximación

¿Qué planes de defensa diseñaron los expertos y por qué fracasaron?

Desde un principio los planes estuvieron centrados en desviar la trayectoria del asteroide, como la opción más viable.

Primero, en un hipotético 2021, lanzaron una sonda espacial que llegó al asteroide para conocer mejor sus características y estudiarlo con el mayor detalle posible.

Con la información obtenida, determinaron que el meteoro se dirigía hacia la ciudad de Denver, Colorado, en Estados Unidos.

Ante el inminente impacto, la NASA, junto a las agencias espaciales de Europa, Japón, Rusia y China, construyeron tres ‘impactadores cinéticos’.

La técnica de ‘impacto cinético’ consiste en golpear el asteroide con una nave espacial para que disminuya su velocidad y se desvíe de su trayectoria. Digamos hacia un punto donde el asteroide pudiera rebasar la Tierra sin hacer daño alguno. E incluso bombardear la roca para fragmentarla en pedazos.

El ejercicio simulaba el choque de un asteroide de 60 metros de diámetro en la ciudad de Colorado.

Impacto cinÉtico

Según los cálculos que se hicieron, uno de los aparatos desarrollados para crear un ‘impacto cinético’ logró golpear y fragmentar el asteroide.

Eso parecía buena noticia, pero aunque parte del meteoro se desvió de la Tierra, otro fragmento de 60 metros de diámetro tomó rumbo hacia Nueva York.

Las estimaciones mostraban que impactaría el 29 de abril de 2027 en Central Park, el corazón de Manhattan (la trayectoria de un asteroide se puede estimar con varios años de anticipación).

Los informes que enviaba la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) eran alarmantes.

El ‘pequeño’ asteroide entraría a la atmósfera terrestre a 69 mil km/h, produciendo una colosal bola de fuego que los expertos llaman megabólido´’.

Su impacto con la Tierra liberaría 15 megatones de energía, eso es mil veces más de lo que generó la explosión de la bomba atómica en Hiroshima.

Ante la posibilidad de un fallo de los ‘impactadores cinéticos’, los expertos consideraron enviar una bomba nuclear, para fragmentar el asteroide, pero la iniciativa no prosperó debido a diferencias políticas sobre esta opción.

 

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Estimación de daños

Ante la imposibilidad de impedir el choque, los esfuerzos se enfocaron en mitigar los daños que provocaría.

Se estimó que el impacto causaría daños 70 km a la redonda.

Como parte del ejercicio, El Departamento de Energía de EEUU reveló detalles de lo que sería el impacto, que en este punto ya era inevitable.

Al golpear Nueva York, los expertos coincidieron en que la onda de choque del el asteroide causaría daños en 70 km a la redonda. Y en un radio de 15 km nadie sobreviviría.

Preguntas sin respuesta

La tragedia inminente dejó ver los desafíos que tendría una operación de evacuación masiva.

¿Cómo evacúas a 10 millones de personas?, ¿quién solventaría los daños?, ¿a dónde llevas las personas evacuadas?, ¿cómo se protegerían lugares peligrosos como instalaciones nucleares o químicas?, ¿qué se haría pata tratar de salvar  las obras de arte más valiosas, ¿cómo se comportarían las personas? (“Si supieras que tu casa quedaría destruida dentro de seis meses y que nunca vas a regresar, ¿seguirías pagando la hipoteca?”, se preguntó una funcionaria de la NASA) .

Mejorando la defensa

Este tipo de simulacros se realiza cada dos años. En 2013 el asteroide devastó la Riviera Francesa y en 2015 destruyó Daca, la capital de Bangladesh.

En 2017, los participantes lograron salvar a Tokio del impacto.

El Centro de Estudios para Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA (CNEOS, por sus siglas en inglés) deja claro que es “altamente improbable” que un suceso como el de este ejercicio ocurra en la vida real.

El CNEOS calcula que cada “varios cientos de miles de años”, un asteroide mayor a un kilómetro podría golpear la Tierra.

Sin embargo, considera que es importante estar preparados. A diferencia de un terremoto o la erupción de un volcán, el choque de un asteroide contra la Tierra es el único desastre natural que se puede evitar.

La tecnología actual permite detectar con varios años de anticipación un asteroide que se acerca a la Tierra, pero el simulacro mostró que el reto es cómo aprovechar esa información.

“Aprendimos que necesitamos tener la mayor cantidad de información posible en el menor tiempo posible y saber cómo  manejarla y distribuirla”, dijo Rüdiger Jehn, líder de Defensa Planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) en un blog de la agencia.

(Con información de Global News)