Una buena noticia es la llegada de Arturo Brizio Carter a la Comisión de Arbitraje. La mala, pero malísima, es que volvieron a imponerse los cabecillas de la Asociación Mexicana de Árbitros. La Femexfut no iba a arriesgarse de nuevo a un paro al inicio del torneo como amenazó Roberto García Orozco en varios medios de comunicación, incluso en conversaciones vía WhatsApp con sus reporteros cercanos.

Es una lástima que accedieran a cumplir un nuevo capricho y que además, esta asociación se regodeé en redes sociales de un logro más, con un comunicado en Twitter, en el que aseguran “marcamos una nueva etapa en el arbitraje y reafirmamos la importancia de que prevalezca un ambiente de respeto en el terreno de juego”.

Los “cabecillas” de la AMA (insisto, siglas que chantajean), continúan con el discurso como si fueran los amos del arbitraje mexicano.

Y lo peor es que sacarlos del juego no parece la mejor opción por ahora. ¿Por qué? Porque pueden no volver a pitar un solo partido en su vida, pero estos hombres seguirán como líderes de la asociación con toma de decisiones que afectarían al futbol mexicano y a sus compañeros de gremio, aunque de por sí nunca los toman en cuenta para nada.

Ahora, si se retiran o los retiran, tampoco pasa nada. Nadie extrañará a silbantes con pésimas actuaciones y una limpia permitiría trabajar con los nuevos árbitros. 

Ayer hablé con Arturo y asegura que una de sus principales labores será quitarle ese poder mal obtenido de la AMA sobre la Comisión de Arbitraje. Asegura que tendrán que entender que esta asociación no tiene nada que ver con la Federación Mexicana de Futbol ni con la comisión que dirigirá.