Miserias de una joven en Corea

Usted está aquí

Miserias de una joven en Corea

Berna González

En primer término, sorprende la sorpresa, el reguero de lectores cautivados por una historia tan corriente como la que viven, pero esa es precisamente la clave de que cientos de miles de coreanos, japoneses y otros asiáticos se hayan contagiado de un éxito. Kim Ji-young, nacida en 1982, es la novela corta de una vida corta, de una vida común, la de una chica cuyo nombre es el más habitual en Corea del Sur y que salta de su infancia al instituto, al primer trabajo, a la maternidad y a un final impronunciable con las dificultades de cualquiera. Pero no de cualquier persona, sino de cualquier mujer. Y esa es la clave. La narración es tan directa y sintética, despojada de adorno y lirismo, que pareciera que estamos charlando con una compañera que nos cuenta los gajes de su vida a la espera de que, acto seguido, le contemos los nuestros. Pronto estaremos intercambiando miserias, ella con la pluma; nosotros, con el pensamiento: las pequeñas dosis de abusos, techos, límites e inconvenientes que tiene ser chica. Y todo parece tan brutalmente cotidiano que, si al comienzo sorprende esa sorpresa, lo que nos sorprenderá luego es que no nos haya sorprendido todo esto mucho antes. Nos genera preguntas tan lúcidas esta novela de 2016 que clama al cielo que el MeToo aún tardara en llegar un año más

“Ni siquiera yo sé si me casaré o si tendré hijos. O puede que me muera antes. ¿Por qué tengo que renunciar a lo que quiero ser o hacer por un futuro que no sé si llegará o no?”

Kim Ji-young, nacida en 1982

Cho Nam-joo 

Editorial Alfaguara, 2019

160 pp.