Miscelánea política dominical

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Miscelánea política dominical

La Romería de San Isidro. El Gobierno municipal de don Chilo es implacable. La venganza es un tema toral en el arcaico reglamento de su mandato azul. Fanático de sus dogmas, el gran inquisidor ha ordenado a sus cruzados salir a cazar a todos aquellos que han desafiado a sus fotomultas, y en aras de atrapar a los infieles, se han instalado trampas en la principales avenidas en horas pico, causando un caos de locura; retrasos, contaminación, hostigamiento y muchas mentadas a ese que tiene nombre de calle. 

Detrás de esta cacería se advierte la mirada aviesa de Rosendo y la torva catadura de Salcido. De todas formas el daño es para la imagen del Alcalde, responsable directo de los abusos de sus policías. ¿Sabe usted cuál es la mejor imagen de la ciudadanía saltillense expoliada por don Chilo? Vea usted en la red una de las clásicas pinturas negras de Goya, se llama la “Romería de San Isidro”, es espeluznante, y así andamos los ciudadanos de Saltillo.

Don Higinio, el rector. El maestro González Calderón presume ante las féminas su compromiso con la equidad de género y, por lo mismo, suele decir que en los ámbitos más cercanos a su persona predominan las hembras, incluyendo a sus mascotas. 

Así las cosas, don Higinio seguramente ha de saber que la primera acepción para la palabra “hembra”, es la que se refiere a un animal de sexo femenino, dicho lo anterior no porque el suscrito sea gramático o lingüista, sino que Camilo José Cela fue el que puso a debate este tema en 1978, cuando solicitó la reforma a la Constitución española que se refería a los sucesores monárquicos como “el varón o la hembra”, descendientes del rey, argumentando en el pleno de las Cortes sus motivos; “Lo opuesto a varón no es hembra sino mujer, ya que lo opuesto de la hembra es el macho, y porque uso con frecuencia nuestro idioma, sé distinguir inmediatamente un lenguaje que apesta a desprecio”. Así es que don Higinio, el rector, debe enmendar su vocabulario, al menos que en su fuero interno sea muy “macho”.

Las “botellitas” del Coco. Los policías del municipio de Parras se manifestaron por la falta de equipo y prestaciones. El colmo fue cuando descubrieron que sus botas tenían suelas de cartón y así, de plano, dejaron de respetar al “Coco” Dávila, su Presidente municipal, al que frecuentemente se topan conduciendo en estado de ebriedad. Lo peor es que conocen de los vicios del mentado “Coco”, y de cómo es que sus subalternos más allegados, el “Negro” y el “Caballo”, zares del vicio y el lenocinio, le proveen a su jefecito de sus “bellísimas botellitas de coñac” así como de otros polvos, lo mismo que aquel “Gober precioso” de triste memoria. Sólo Dios sabe hasta cuando aguantarán los parrenses tanta ignominia.

Contra la zoofilia. La iniciativa para penalizar los actos de zoofilia que presentó ante el Congreso local el diputado del PVEM, Jesús Rodríguez, le va a pegar de manera directa a un cacique verde de Parras, del que siempre se han conocido su terca inclinación por lo torcido y de sus devaneos zoofílicos con cabras y gallinas. Allá él si se corrige, lo cierto es que si reincide será penalizado por la ley.