ESTIMADA ANA:
 
Mis niños quieren que en Navidad les regale un perrito. Son muchas las dudas que tengo al respecto, no solo por lo que implica tener una mascota, sino porque, en mi caso, vienen a mi mente los recuerdos de mi niñez, que así como la mayoría son felices, también hubo momentos de mucha tristeza.

Desde pequeña tuve un perrito, mi papá lo encontró en la calle cuando regresaba del trabajo. Era mi compañero de juegos, lo llevaba a todos lados y vivió conmigo hasta que yo tenía como 18 o 19 años.

Ese día se metió debajo de la camioneta de mi papá y no escuchó cuando la encendió, pues ya para entonces era un perro grande de edad, ya no escuchaba y veía muy poco. Mi papá accidentalmente lo atropelló.

Fue uno de los peores días de mi vida, me dolió tanto ese acontecimiento que es fecha, que lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Ya pasaron más de 20 años y mi dolor sigue vivo, quería tanto a mi perrito que sufrí mucho por su partida.

Cuando recuerdo todo aquello, pienso en que no quiero que mis niños pasen por algo tan duro como lo que yo pasé. Los perritos son seres vivos y todos sabemos que es inevitable que un día no estén con nosotros, pero sufriría demasiado no solo por él, sino por el dolor que pueda causar a mis hijos cuando un día no esté.

Estoy en este fuerte dilema. Ellos están muy entusiasmados con tener uno, pero yo sigo indecisa. Mi esposo dice que debo de superarlo y que está seguro que para ellos será un excelente regalo, que cambiará su forma de ver la vida aprendiendo que los perros son seres que sienten y que nos demuestran su amor incondicional, que además los hará responsables al tener el compromiso con alguien a quien se le debe de atender, alimentar, limpiar y cuidar. 

Sonia
 

ESTIMADA SONIA:

Lamento cómo sucedieron las cosas con tu perrito, en verdad es un dolor grande cuando perdemos a nuestras mascotas, pero creo sería de gran beneficio que una nueva mascota llegue a tu familia.

Y es que no solo tus hijos se verán beneficiados con el perrito al adquirir una nueva responsabilidad, a entender que ahora tendrán ese compromiso de cuidar, alimentar y jugar con ese nuevo integrante de la familia, sino que a ti te servirá para que de cierta manera cierres ese círculo que aún pertenece abierto.

Es muy doloroso y quizá aún haya personas que no lo comprenden, pero perder a quien ha sido tu compañero de juegos, de felicidad y también de tristezas es algo que solo quien tiene una, lo puede entender. Esa conexión y ese amor incondicional es algo verdaderamente maravilloso, te lo digo por experiencia.

Te recomiendo sin duda que busques los lugares que hay en la ciudad dedicados a cuidar perritos que por alguna circunstancia se encontraban en la calle, también hay grupos en redes sociales como Facebook en los que puedes ponerte en contacto con ellos. Adoptar es la mejor opción, no lo duden.
 
ANA