Mirador 21/01/16

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Mirador 21/01/16

Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que oyó cantar a Mahalia Jackson, dio un nuevo sorbo a su martini –con dos aceitunas, como siempre– y continuó:

–En aquel tiempo la fe movía montañas. Ahora es tan pequeña que no puede ya mover ni una piedra de hormiguero.

Nos hemos vuelto escépticos: no creemos en nada, y tampoco en nadie creemos.

Dio un nuevo sorbo a su martini y prosiguió:

–Deberíamos tener fe, como en los tiempos de Nuestro Señor. Aún quedan muchas montañas por mover.

La bella mujer que lo escuchaba le dijo:

–Yo tengo fe en ti.

Replicó él:

–Dime qué montaña quieres que te mueva.

Y dio el último sorbo a su martini. Con dos aceitunas, como siempre.

¡Hasta mañana!....