Mirador 15/01/16
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Mirador 15/01/16
El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia. Le dijo:
–Señor: hay una bella imagen tuya que te muestra llamando a la puerta de una casa, como buscando a alguien.
–La conozco –respondió Jesús–. Y me gusta, pues me recuerda un soneto de Lope de Vega, hombre que estaba muy cerca de mí porque estaba muy lejos de mí. Si observas bien, en esa estampa la puerta no tiene aldaba afuera. Tal cosa significa que sólo se puede abrir desde adentro. Por mucho que busque yo a un pecador no podré llegar a él si no me abre su corazón.
Exclamó conmovido el padre Soárez:
–¡Qué misericordioso eres, Señor! ¡Nos buscas a pesar de nuestros pecados!
–No –lo corrigió Jesús–. Los busco por sus pecados.
Entonces supo el padre Soárez que la misericordia del Padre es infinitamente más grande que las mayores culpas de sus hijos.
¡Hasta mañana!....