Ciudad de México. El gobierno federal no recibió en 2014 el pago total o completo por los derechos de 9 mil 170 títulos de concesión en la industria minera, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF). La cifra representa más de la tercera parte (36.4 por ciento) de los 25 mil 104 títulos mineros vigentes ese año para la minería, sector que es considerado por el Banco de México como la quinta fuente de divisas del país, por encima del turismo y debajo de las remesas.

Gracias a disposiciones legales aprobadas este siglo, el número de concesiones mineras se disparó 59.8 por ciento en menos de una década, al pasar de 15 mil 510 en 2007 a 25 mil 104 durante 2014. Las concesiones vigentes este último año ampararon 25.6 millones de hectáreas, equivalentes a 13 por ciento del territorio nacional, indica la ASF.

Sin embargo, en la fiscalización que el organismo realizó a la cuenta pública de 2014 detectó que se reportaron 6 mil 823 títulos de concesión omisos en el pago de derechos sobre concesiones mineras... y 2 mil 347 títulos que presentaron diferencias pagadas de menos. Los casos de omisión de pago de derechos por parte de empresas concesionarias equivalen a 27.18 por ciento del total de títulos vigentes ese año y otro 9.34 por ciento correspondió a los que pagaron menos de lo estipulado por la ley.

Hasta el 20 de noviembre de 2015, cuando concluyó la auditoría, la Secretaría de Economía (SE) ya había emplazado o cancelado mil 493 concesiones, pero no había iniciado acciones de emplazamiento para la posterior cancelación de las 7 mil 677 restantes, de las cuales no tenía identificadas 7 mil 166 (30 por ciento de todas las vigentes).

Tampoco multó a 5 mil 883 concesionarios que fueron omisos en la presentación de informes estadísticos sobre la producción, beneficio y destino de los minerales que extrajeron del subsuelo nacional ni a otros 789 concesionarios que no presentaron informes técnicos.

La ASF dijo en su dictamen que la SE no ha establecido entre sus prioridades diagnosticar y atender las deficiencias de regulación y supervisión del sector minero, por lo que su operación no garantiza reglas claras. Advirtió que ello puede reducir la inversión en la minería, además de poner en riesgo la captación de divisas y la generación de empleos.

Cuotas simbólicas

Los ingresos por el derecho sobre minería, concesiones y asignaciones mineras ascendieron a 2 mil 39 millones 632.3 mil pesos en 2014 y la ASF auditó 94.5 por ciento.

En la reforma fiscal aprobada en diciembre de 2013 se determinó el cobro de tres nuevos derechos en minería (especial, adicional y extraordinario) a pagarse a partir de 2015 o 2016, según el caso. La Ley Federal de Derechos incluyó un transitorio para que la SE estableciera un intercambio de información con el Sistema de Administración Tributaria (SAT) para comprobar el pago de derechos, pero se suscribió hasta noviembre del año pasado.

La Secretaría de Economía envió al SAT los adeudos del primer semestre de 2014 para que iniciara las gestiones para su cobro, pero la ASF sentencia que no había evidencia sobre el seguimiento de dichos asuntos.

Sobre las visitas de verificación a las mineras refirió que, con 10 inspectores, la secretaría realizó mil 13 visitas en 2014, es decir, apenas 4 por ciento de las concesiones vigentes (una de cada 25) y hasta septiembre de 2015 no había emitido las resoluciones en 62 por ciento de los casos.

El organismo recordó que en cuatro auditorías anteriores que realizó sobre la recaudación de los derechos de las cuentas mineras y el cumplimiento de las obligaciones de los concesionarios observó que las cuotas pagadas por una concesión minera eran simbólicas y contrastaban con los volúmenes extraídos de los recursos minerales no renovables.

Destacó que aunque la SE propuso en 2014 cambios a la Ley Minera y su reglamento para modernizar la normatividad y mejorar los trámites, tiene deficiencias en el control y seguimiento del padrón de títulos, pagos de derechos, informes técnicos y estadísticos, sobre el procedimiento de cancelación y visitas de verificación, pues carece de un sistema informático adecuado.