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Mujer emprendedora saltillense, orgullosa de que su vida son los tamales
El dos de febrero es esperado por millones de mexicanos, pues en esta fecha se festeja la prosperidad que el Niño Dios trae consigo desde su nacimiento.
Para celebrar se acostumbra comer tamales y beber champurrado, ambos alimentos derivados del maíz.
Ayer, desde temprano los tamales estaban agotados en distintos puestos de Saltillo, sin embargo, en el negocio “El Bambú” todavía se veía a los trabajadores embarrando la masa en la hoja, para después rellenar con un guisado de pollo, puerco, queso, frijoles o azúcar.
El peculiar olor hacía que la gente se acercara a comprar, pero no corrieron con mucha suerte, pues los últimos tamales para llevar se habían terminado desde medio día.
DE AMPLIA EXPERIENCIA
Sara Solís comenzó a elaborar tamales hace 18 años, y comenta que se siente orgullosa de que su negocio siga en pie.
“Nunca pensé que nos fueran a buscar tanto. Hubo una persona que me dijo que yo no iba a poder salir adelante. Empezamos con diez docenas, repartíamos en varias tiendas, me regresaban cinco.
Ahorita entregamos hasta cien docenas diarias, más en éstas fechas”, dice orgullosa la mujer.
FAMILIA UNIDA Y LABORIOSA
“Somos cuatro los que hacemos tamales, mi hijo, mi esposo, mi cuñada y yo. El bueno para amasar es mi esposo, mi hijo embarra.
Nada más hoy vendimos casi cuatro mil tamales” apuntó Sara.
La mujer clara que es un negocio familiar: “de eso vivimos, esta es nuestra manera de celebrar el día, trabajamos para que otros lo disfruten, mis papás son de Monterrey, nosotros de Saltillo y mi mamá fue la que me enseñó, es mi vida los tamales”, compartió Sara Solís.