ESTIMADA ANA: 

Tengo novio desde hace casi 5 años. Lo conocí en internet, en juego que ambos jugábamos en línea. Resultó que él también vivía aquí,  al tiempo nos conocimos personalmente y después nos hicimos novios.

 Los dos llegamos a Saltillo a estudiar y ahora ya estamos trabajando; nuestras familias no están aquí y el año pasado decidimos irnos a vivir juntos. Nos llevamos muy bien y nos identificamos en muchas cosas. Nunca hemos tocado el tema del matrimonio, así nos sentimos muy bien y nuestras familias están de acuerdo.

 Los dos tenemos 30 años y tenemos un trabajo estable. En realidad no hay algo que impida que llevemos una buena relación, excepto por un detalle que resulta irónico en nuestro noviazgo: él es súper adicto a los videojuegos y específicamente al juego en línea que jugaba yo también cuando nos conocimos.

 Ya llegó a un extremo en el que invierte dinero, a través de su tarjeta de crédito para obtener puntos, vidas y más ganancia. Yo sé que actualmente miles de personas juega y yo me incluyo, aunque ahora ya no lo hago con las misma frecuencia que antes, pero hay un tiempo para todo y hablé con él y le dije que lo mejor era que nos separáramos un tiempo porque así es imposible seguir conviviendo.

 He tratado de que no nos afecte, como le decía, nos llevamos muy bien en prácticamente todos los aspectos pero así ya no puedo continuar. Al regresar de la oficina en lo único que piensa es en jugar, a veces cena y juega al mismo tiempo y primero me quedo dormida antes de que él termine de jugar. De hecho en la oficina los momentos que tiene libres también hace lo mismo.

 Afortunadamente no tenemos hijos, porque no quiero imaginar qué sucedería con ellos, la verdad es ya una adicción, una enfermedad estar conectado todo el tiempo. A veces le digo que se arriesga demasiado al estar invirtiendo dinero, sobre todo a través de las tarjetas de crédito, pero no le importa, pues lo sigue haciendo sin medida. 

Estoy tan desesperada y hasta deprimida, hay días en que me siento un cero a la izquierda en su vida, pues no conforme con jugar de lunes a viernes, se llega el fin de semana y es la misma historia.

 Y sobra decir que al principio de nuestra relación todo era felicidad, todo el tiempo pensaba en la posibilidad de formalizar todo, casarnos y tener hijos, pero ahora créame que es en lo que menos pienso, él es demasiado irreponsable. Además, jamás hace nada de la casa, no arregla ningún desperfecto por estar enganchado en los juegos.

 Últimamente nuestra relación más íntima se ha deteriorado mucho, al grado que no me importa si se desvela o no, es más, a veces ni cuenta me doy cuando llega a la cama. 

Y lo quiero mucho, pero la situación se ha vuelto insoportable y ya no sé qué hacer. He pensado en buscar ayuda con alguien profesional, con un especialista, psicólogo o psiquiatra pero cuando le toco ese tema, solo escucha sin decirme nada y tengo miedo de cómo vaya a reaccionar si saco una cita sin su consentimiento. 

Sinceramente no le veo la menor intención de cambiar y ya me siento agotada y muy ansiosa, ojalá pueda orientarme, gracias y un saludo. 

Julieta
 
ESTIMADA JULIETA:

Te aconsejo que sí recurras a una ayuda profesional, pues definitivamente no es normal esa adicción a los juegos, aunque sean en línea, finalmente es ludopatía y necesita ser tratado con un experto.

 En cuanto a su relación de pareja, te podría asegurar que una vez que haya resuelto lo demás, se solucionará el problema entre ustedes. Es normal que te sientas con esa preocupación y ansiedad, es debido a esa impotencia al verlo metido en los juegos, pero no te dejes arrastrar por esos sentimientos, mejor ayúdalo a salir adelante.
 
ANA