‘Mi hija envió su pack’

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‘Mi hija envió su pack’

Es común que los chicos menores de 18 años pidan, se tomen, reciban o envíen imágenes o videos en ropa interior o desnudos, con fuertes consecuencias reales. Se considera un crimen, ya que se trafica con pornografía infantil aun cuando sean fotografías de uno mismo. El sexting o pack es una práctica muy común entre los más jóvenes en la cual se intercambian mensajes, fotografías o videos con alto contenido sexual.

Según un estudio realizado por el sitio SexPlace.es entre más de 2 mil 500 españoles, en este confinamiento o pandemia ha aumentado cerca de un 70 por ciento este tipo de juego erótico por internet. Tres de cada cinco españoles confiesan haberlo practicado en las últimas semanas y siendo la mayoría mujeres (83 por ciento) respecto a los hombres. El aislamiento social y físico ha detonado la necesidad de crear nuevas formas de aceptación y pertenencia a sus grupos de amigos, compañeros y mundo en general. El 71 por ciento de los encuestados aseguran que nunca lo habían practicado antes. Se ha detonado, entre los adolescentes, la adicción de recibir likes o notificaciones que los hacen sentir aceptados por los demás sin importar las implicaciones y consecuencias en el futuro. Estamos viviendo tiempos muy preocupantes ya que para los adolescentes es una práctica común, normal e incluso dan toda su aprobación.

México no es la excepción. Según Statista Research Department (septiembre, 2020) hay un aumento del 39 por ciento de mujeres y 38 por ciento de hombres en el uso del sexting durante la pandemia del COVID-19. Ante la disminución del contacto físico y presencial buscan aventuras y experiencias virtuales que compensan sus grandes vacíos emocionales y sociales. En los últimos meses, existe una necesidad imperiosa de conseguir pareja, aunque sea a distancia, y no importa el costo.

Casi el 80 por ciento de los españoles menores de 20 años han tenido experiencias de cibersexo con personas que no conocen y no saben si realmente su perfil es verdadero. Hasta existen aplicaciones, como Letskingy, que estimulan y entrenan a los adolescentes y jóvenes para enviar imágenes sexys o videos que provoquen excitación para quienes los ven.

Invitemos y no juzguemos cuando nuestro hijo nos comunique o descubramos que ha enviado o recibido sexting. Platiquemos con ellos sobre las consecuencias de que otras personas posean ese tipo de imágenes y la manipulación que pueden sufrir. La semana pasada me envió un correo una chica adolescente que está siendo chantajeada por su exnovio quien le exige enviarle videos haciendo ella misma actos sexuales o buscará a sus padres para entregarles todo lo que tiene él.

Como padres debemos ser modelos y enseñarles a nuestros hijos los valores que tienen que ver con toda la vida. Hablarles sobre el respeto que deben tener hacia su cuerpo y no exponerlo a los demás. Explicarles que hay otras formas de expresar amistad y apego a los demás y no comprometiendo a su cuerpo. La comunicación y la expresión de amor hacia ellos es fundamental para evitar que busquen otras formas de cariño que compensen no lo recibido en casa.