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Mi casa ya no es mi casa
Hace días, platicando con un grupo de jóvenes universitarios, me comentaban: “Maestro, mi casa ya no es mi casa”. Les pregunté el por qué y contestaron: “Antes la casa era el lugar para estar tranquilo, relajado y para descansar. Ahora hay estrés, ansiedad, pleitos y muchos problemas. Hay clases, tareas, trabajos, fricciones con los hermanos, papás y no es lo mismo los amigos a distancia”. El hogar siempre había sido un espacio para recuperar nuestras fuerzas gastadas afuera y encontrábamos un rincón de paz y comprensión familiar. “Hogar dulce hogar” se ha convertido en “hogar dulce estrés”. Muchos jóvenes buscan ambientes de tranquilidad y ausentes de estrés fuera de casa.
Uno de los problemas que se ha detonado en esta pandemia es un aumento muy peligroso de estrés y ansiedad que provocan no solamente problemas en la salud mental y emocional sino además problemas en el aprendizaje escolar y rendimiento académico. Necesitamos recuperar el valor y la sensación del hogar como un rincón pacífico y de seguridad para toda la familia.
¿Cómo podemos reducir el riesgo o regular el estrés? Esta es una pregunta muy importante y los papás debemos tener algunas respuestas para ayudar a nuestros hijos que puedan enfrentar y dominar el estrés con éxito.
La respiración es la primera recomendación para reducir el estrés. Ejercicios de respiración profunda oxigenan al cerebro, normalizan los estados emocionales y encuentran el equilibrio para lograr un estado de relajamiento. Podemos practicarlo cuando estemos viendo televisión, cerrar los ojos, inspirar y expirar en un ritmo lento. Hay estudios científicos que indican que la aromaterapia tiene grandes beneficios para aliviar la tensión. Los aromas, como la lavanda, afectan a las ondas cerebrales y modifican nuestra conducta. No todas las esencias crean estos estados mentales. Cada uno descubre cuáles son los aromas más afectivos para normalizar situaciones emocionales críticas.
La meditación es otra actividad muy efectiva con pocos minutos para mantener un estado de calma y encontrarás una paz interior.
El ejercicio físico es una actividad fantástica para regular nuestro peso corporal y reduce el estrés. Toda actividad aeróbica ayuda a liberarnos de tensiones y frustraciones, trotar, escalar, clases de artes marciales, golpear una almohada es muy efectivo porque se pueden canalizar y soltar todas las emociones negativas. También hacer ejercicio es una distracción que nos aleja de ambientes que causan tensión. El ejercicio físico libera endorfinas para relajarnos y hacernos sentir mejor. Realizar algún deporte se hace más resistente ante situaciones de estrés.
Ahora que pasamos más tiempo en nuestra casa que en la oficina o escuela, es fundamental crear un ambiente de relax en casa. Un hogar desorganizado o caótico no ayuda mucho. Las flores crean una realidad visual y aromática que ayudan a disminuir el estrés. Velas blancas estimulan un entorno de paz.