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México ya no solo produce drogas, también las consume
CIUDAD DE MÉXICO. México y los países de América Latina han pasado de ser una región productora y de tránsito de drogas para ser consumidores, revela la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), de la Organización de las Naciones Unidas.
Si bien los países de la región todavía no alcanzan los niveles de consumo de drogas registrados en Estados Unidos y Canadá, el uso de estas sustancias aumenta de manera significativa, alertó Raúl Martin del Campo, miembro de la JIFE.
“La JIFE hace un llamamiento a fortalecer los programas preventivos y la posibilidad de tener acceso a tratamiento”, expresó.
En el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, en el que se analiza la producción, transporte, venta y consumo de drogas en el mundo, el organismo advierte sobre el aumento en la gama de recetas de opiáceos que se prescriben de forma controlada en nuestro país.
Explica que, de acuerdo con los resultados de la nueva estrategia nacional para facilitar la prescripción y administración de preparados farmacéuticos con opiáceos, con fines de tratamiento del dolor y de cuidados paliativos, publicados el año pasado por la Secretaría de Salud, se ha disparado las gama de recetas para estos productos de 24 a ocho mil entre junio de 2015 y enero de 2016.
“Tras la introducción de una plataforma electrónica para facilitar su expedición, el número de prescriptores registrados aumentó de 232 a mil 706 durante ese período”, subraya.
Además, el documento indica que los centros de salud públicos y privados, así como las farmacias, disponen de un suministro garantizado de morfina y otros opioides, por lo que es necesaria una regulación.
En el consumo de mariguana con fines médicos, la JIFE asegura que los países con programas de cannabis con fines médicos o que estén estudiando la posibilidad de crearlos, deben tomar en cuenta los artículos 23 y 2 de la Convención de 1961, para evitar que se cometan delitos.
Al abordar la problemática de la región norte del continente, el informe refiere que, en 2014, 87% de la cocaína que se introducía en los Estados Unidos transitaba por Centroamérica y México
En el apartado “cooperación regional”, el documento señala que Canadá, Estados Unidos y México intensificaron las acciones por el aumento de muertes relacionadas con el consumo de opioides como la heroína y el fentanilo, así como por la violencia asociada con el cultivo y el tráfico de amapola en territorio mexicano.
Sobre el combate al crimen organizado, la JIFE instó a las autoridades del país a mejorar la eficacia y trasparencia, a partir de los cambios del Nuevo Sistema de Justicia Penal.