‘Mexicanos viven duelo, pero se levantan rápido’: Bombero colombiano

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‘Mexicanos viven duelo, pero se levantan rápido’: Bombero colombiano

Rezos. Habitantes de Paseo de Las Galicias, en Iztapalapa, oraron por una familia cuyos cuerpos fueron rescatados de edificio colapsado. Foto: El Universal
Destaca que en el País las personas tienen una gran fuerza
Cuando estaba en el departamento le pedí perdón a Dios y hasta ahí porque no podía hacer nada, estaba muy feo”, dijo. Estaban asfixiados, mis hijos murieron abrazaditos”.
Julián Astudillo, papá de dos niños fallecidos en el sismo

CDMX.- Javier Ardila tiene 38 años, es colombiano y bombero especialista en la búsqueda y rescate de estructuras colapsadas. Tiene 14 años de experiencia y forma parte de la delegación de su país comisionada en México con el único objetivo de rescatar personas después del sismo.

“Lo positivo de ustedes los mexicanos es que se levantan rápido. Es una emergencia, tienen su momento de duelo, pero se levantan rápidamente”. Él es padre de tres hijos.

Está bien equipado. En su casco tiene una linterna de alta potencia para su ingreso a las tinieblas de los edificios en ruinas, porta un traje especial con franjas reflejantes. Sobre su hombro derecho cuelga un control de un intercomunicador para estar en contacto con sus compañeros. También tiene silbato, guantes y botas antiderrapantes, todo para un rescate y dice: “En México todavía hay esperanza”.

Javier llegó el jueves, junto con 32 bomberos, ingenieros y médicos. Se le nota la fatiga, pero agradece la oportunidad de apoyar a sus “hermanos” mexicanos.

“Hemos trabajado toda la noche. No encontramos nada”, aseguró. Además, explica que tomarán unas horas de descanso para seguir.
“Vemos que ustedes tienen una gran fuerza y proyecto, se han preparado desde el terremoto del 85 y tienen un gran equipo de rescatistas, personal médico, componente estructural. Les hemos aprendido mucho en capacitación, en normas y en protocolos de emergencia”, dijo.

México es uno de los países más preparados en este tipo de contingencias a nivel de Latinoamérica. “[Nosotros] estamos en ese proceso de implementación de estos procedimientos y protocolos para atención de emergencias para estructuras colapsadas”, definió. 

‘Mis hijos murieron  abrazaditos’ 

CDMX.- El pasado 19 de septiembre, el colombiano Julián Astudillo perdió a sus dos hijos en el sismo. Él se encontraba en Cali.
Narró cómo empezó la pesadilla: al enterarse del sismo, llamó a la madre de sus hijos, mexicana y quien vivía con ellos en la unidad habitacional Erasmo Castellanos, en la calzada de Tlalpan.

Ella le respondió que no estaba en casa, que los pequeños, Julián Andrés, de 11 años, y Jimena, de 6, se habían quedado ahí porque justo ese día no habían ido a la escuela, y que iba a ver cómo estaban. La angustia comenzó.

“Se quisieron quedar en la casa y sucedió lo que sucedió. De un edificio de cinco pisos se les cayeron tres encima. Estaban asfixiados y lo más doloroso es que mis hijos murieron abrazaditos”, declaró Julián a medios colombianos.

En un video difundido por el diario colombiano “El Tiempo” (GDA), Julián contó que los niños estuvieron bajo los escombros desde el temblor, hasta las 11:00 horas del miércoles.

“Los niños se escuchaban, de dos a seis de la tarde -del lunes- todavía; se escuchaba que gritaban y todo, pero ya después no volvieron a escucharlos”, dijo, mientras se preparaba para viajar a México, donde está previsto que los pequeños fueran enterrados este viernes.

Julián, quien vivió en México durante 15 años, estaba en Cali por trabajo y, según Noticias Caracol, viajaba a ver a sus hijos “cuando podía”, pero hace cinco años que no los veía por problemas económicos. 

‘Fue espantoso’

El señor Edgar mira afligido como una maquina comienza a remover el escombro que ocasionó el sismo.
Sobre la avenida Morelos, esquina con la calle Degollado, expone que es una persona “afortunada” porque a la hora del sismo veía televisión en su departamento 102.

En ese momento intentó ponerse los tenis y, cuando cerró la puerta apareció “una nube de polvo, a un metro, y no veía”, relata el señor de 69 años.

Edgar Parabeles Flores dice que el temblor fue “espantoso, fuerte, brusco, violento…”, tanto que parte del inmueble de 10 pisos quedó derrumbado en segundos.