LONDRES

El mexicano Edgar Rivera quedó cerca de la medalla de bronce en salto de altura del Campeonato Mundial de Atletismo Londres 2017, al perderla ante el sirio Majd Eddin Ghazal, quien representa una historia de lucha por competir fuera de su país.

Los ocho finalistas iniciaron la competencia con una vara puesta a los 2.20 metros de altura, mismas que todos superaron, luego la barrera pasó a los 2.25 y el mexicano superó con éxito en su primer intento y ahí quedó atorado el alemán Eike Onnen.

A su vez, el también teutón Matauez Przybylko lo consiguió en el segundo propósito, al igual que el estadunidense Byan McBride y el ucraniano Bohdan Bodarenko en el tercero.

Luego se presentó una altura conocida para el de Sonora, los 2.29 metros, los cuales salvó en la ronda eliminatoria para calificar a la final y lo cual tiene como récord mexicano desde 2016.

Falló en su primer intento, al igual de Majd Eddin Ghazal; en el segundo el sirio sí superó la varilla y el mexicano lo consiguió en el tercero, por lo cual se le otorgó el tercer lugar al otro atleta por haberlo logrado.

Ambos trataron de saltar la siguiente barrera, los 2.32 metros, y no pudieron en los tres propósitos; el ruso Danil Lysenko, quien compite como Equipo Independiente, al estar suspendida la Federación de Atletismo de su país, y el catarí Matuz Essa Barshim sí pudieron contra esa barrera.

La lucha por la presea de oro quedó entre estos dos últimos y Mutaz hizo un gran vuelo y libró la vara; Danil no pudo con los tres intentos, y luego el catarí se fue a los 2.40 metros, sin poder superar la altura.

Para Edgar Rivera fue una participación histórica al ser el primer mexicano finalista en su prueba en un Campeonato Mundial y por ende su cuarto lugar es inédito para el atletismo mexicano, en esta que fue su tercera participación del orbe.

Por un poquito no se pudo sumar a su hermano Luis Rivera, quien en el Campeonato Mundial de Atletismo Moscú 2013 ganó medalla de bronce en salto de longitud.

Majd Eddin Ghazal quedará en la historia como el único competidor sirio en este mundial, que se sobrepone a una guerra interna en su nación, que le cuesta muchísimo trabajo para tener visados y competir y dio a su país la tercera medalla mundialista, después de Ghada Shouaa, oro en heptatlón en 1995 y bronce en 1999.