Mentefactura

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Mentefactura

Tan lejana y cercana es la visión de Toffler en su libro “El Cambio de Poder”, en el cual por primera vez desde 1990, año en que fue editado, analiza el impacto de lo que les sucede a las personas cuando una sociedad se transforma. Los medios de comunicación, los expertos y los pronosticadores nos presentan el cambio como algo anárquico. “El Cambio en el Poder”, por el contrario, sostiene que los cambios ultrarrápidos no son tan caóticos o aleatorios, sino que obedecen a fuerzas identificables que les dan forma, y una vez que se comprenden es factible afrontar las transformaciones con éxito. Toffler así enfatiza la importancia de ver la forma en que se interrelacionan entre sí los diferentes cambios y el cambio del poder, y este cambia al dinero por el conocimiento.

Igual de sorprendente, que devorarme el libro en 1992, fue el impacto que me acuso a unos días la invitación de Ramón Alfaro, un eficiente funcionario del Gobierno de Guanajuato al IDEA, un centro así denominado en el que se está fraguando el futuro de la industria y la productividad desde esta mi tercera o cuarta casa.

IDEA es un organismo que nace de la iniciativa del Gobernador Sinhue Rodríguez, sus siglas significan Innovación, Desarrollo, Emprendimiento y Aceleración, y es la plataforma para integrar el concepto de “mentefactura” a la realidad de la industria.

Había escuchado el término “mente de obra” como una segregación a la denominación de mano de obra al trabajo en las fábricas y lugares de servicio. Su concepto partía de un trabajo que no necesariamente fuera físico al agregar a este la creatividad del ser humano.

Mentefactura va más allá, es pensar en conocimiento y servicio, no en producto, en palabras de su desarrollador Juan José Goñi quien es el autor de “Mentefactura, el cambio del modelo productivo”, un libro que apuesta por la transformación hacia una sociedad que se gane la vida con la cabeza. Frente a una economía basada en la manufactura, Goñi da con una nueva palabra para describir un futuro apoyado en el conocimiento y en los intangibles, innovando desde dentro de la empresa para generar beneficios, tanto económicos como sociales.

De los conceptos debe pasar a los hechos, sobre todo en estos tiempos en los que la innovación disminuye el ciclo de vida de los productos, por lo que Guanajuato se echó a cuestas la responsabilidad de la tangibilidad del proyecto.

Según Goñi: “El trabajo se ha entendido hasta ahora como una actividad vinculada a la tarea, pero para lo que están hechas las personas no es para mover piezas de manera continua, sino para pensar e interactuar con personas. Más allá de los sectores primario, secundario y terciario, tenemos que pensar que el trabajo del futuro está en el conocimiento y las emociones, y eso nos lleva a formas de organización muy distintas. El paradigma tradicional va ligado a modelos jerárquicos, especialización en funciones, repetición, dependencia... Los modelos de futuro tratan de trabajar con la capacidad de resolver problemas, la interacción y también la parte emocional porque en un ambiente de crispación no podemos ser creativos. Mentefactura quiere representar una forma de entender el trabajo relacionada con esos dos valores, la capacidad de idear y la de interactuar”.

Este cambio implica ajustes en la manera de producir y de interactuar en el trabajo en un ambiente en el que todos los negocios operan en un campo de poder, en el que las herramientas básicas son la fuerza, la riqueza y la información, esta última deberá ir tomando su papel ya que depende de la creatividad del individuo.

Volviendo a Toffler: “El desarrollo económico más importante de nuestra vida ha sido el resurgir de un nuevo sistema para obtener riqueza, basado no en la fuerza muscular sino en la mente”.

Así como cuando alguien siembra una semilla en un campo fértil, seguro de que de ahí surgirá un enorme árbol, Sinhue Rodríguez y Guanajuato –sin coba– han logrado sembrar a futuro un concepto y una realidad que aportará a diversas generaciones una nueva manera de hacer y dar. ¡Qué lástima que en otras latitudes la discusión sea sobre cómo pagar las deudas!

Recordé a Machado: “En cuestiones de cultura y saberes, sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da”. Enhorabuena.