Medios Hermanos

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Medios Hermanos

Seis meses después de su taquillero estreno en Estados Unidos, a pesar de la contingencia de la pandemia, llega a los cines de México la primera película protagónica del mexicano Luis Gerardo Méndez en Hollywood.

Se trata de “Medios Hermanos” (“Half Brothers”), película que además de protagonizar también produce el actor que en años anteriores ya había incursionado con personajes secundarios en películas norteamericanas tanto para plataformas como Netflix (con “Misterio a bordo”, al lado de Adam Sandler y Jennifer Aniston) como para cines también (como el desafortunado remake de “Los Ángeles de Charlie”, junto a Kristen Stewart y Elizabeth Banks) y que basada en un buen guion del género escrito por su también productor regiomontano Eduardo Cisneros (“No se Aceptan Devoluciones”; “Guerra de Likes”), consigue divertir al espectador con una propuesta en la cual, a pesar de jugar con estereotipos enraizados en el cine gringo, sale victoriosa con el balance adecuado de las dos culturas que combina.

La cinta inicia en un poblado del sur de México a principios de los años 90 cuando Flavio Murguía (el colombiano Juan Pablo Espinosa, galán de Angélica Vale en la telenovela “La Fan”) se ve forzado como muchos connacionales en dejar nuestro país para buscar el llamado “sueño americano” dejando a su pequeño hijo Renato con su esposa Tere (la reconocida actriz regiomontana de musicales Bianca Marroquín) con la promesa también como muchos compatriotas de regresar, pero al no hacerlo deja al pequeño Renato con la frustración de sueños compartidos que lo convierte años después en un adulto si bien exitoso como ejecutivo del ramo de la aviación, en un hombre amargado y resentido que interpreta Luis Gerardo Méndez.

Es cuando Renato recibe la noticia de que su padre ha muerto dejando un testamento que lo incluye, pero también a un medio hermano de él llamado Asher (Connor del Río), con quien para hacerlo efectivo tendrá que recorrer a lo largo de la Unión Americana la ruta que siguió de México a los Estados Unidos para conocer la verdad detrás de su ausencia y separación todos esos años, pero que a la vez será una prueba de fuego para los medios hermanos cuyas personalidades son por completo diferentes.

Como decíamos al inicio de este comentario, “Medios Hermanos” se estrenó en los cines de Estados Unidos a principios de diciembre del 2020, y a pesar de la limitación de salas alcanzó un segundo lugar de taquilla por debajo de la animada secuela de “The Croods”, y es que es el remedio perfecto de diversión que fusiona el melodrama caricaturesco de las telenovelas con la efectividad en la comedia de su director, el norteamericano Luke Greenfield, quien fue escalando en el género de su ópera prima de hace dos décadas “El Animal”, protagonizada por Rob Schneider, a “Agentes del desorden”, del 2014, con el afroamericano Damon Wayans Jr., para resultar ahora sí que en lo mejor de los dos mundos. 

 Lo que sucede es que el corazón de la historia es precisamente la química entre los dos medios hermanos protagonistas, pero a la vez que rompen estereotipos dentro del mismo cine norteamericano donde el mexicano ya no es el patiño del capitalista blanco como sucediera desde clásicos como la ganadora del Oscar “La vuelta al mundo en 80 días” (Michael Anderson, 1956) con Cantinflas y David Niven, y cada personaje posee virtudes y defectos encaminadas a una satisfactoria resolución común. 

Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Twitter @AlfredoGalindo