‘Me siento frustrada’

Usted está aquí

‘Me siento frustrada’

ESTIMADA ANA:
Cuando nos casamos, mi esposo y yo decidimos tener solamente un hijo. A los cuatro años de casados nació nuestra hija, que ahora tiene 14 años.

A lo largo de estos años, me he dado cuenta que me siento frustrada tanto en mi vida personal, conmigo misma y con mi esposo, en nuestra relación como pareja, además algunos problemas que se están presentando últimamente con mi hija, que supongo se están acrecentando porque está en plena adolescencia.

Me siento insatisfecha principalmente por no haber podido tener más hijos, por “planear” ser madre de una hija, por darle prioridad al trabajo, al desarrollo profesional y obviamente por haber aceptado cuando mi esposo me propuso ser una familia de tres.

Haber hecho eso, el solamente vivir un embarazo, postergar mi maternidad durante cuatro largos años para poder cumplir con otras metas, ahora estamos enfrascados en una rutina, pues echarle la culpa de mis frustraciones hace que a diario tengamos discusiones y peleas.

Trato de estar consciente de la situación e intento auto ayudarme, pero no encuentro una solución, me siento atrapada sin salida. Sé perfectamente que al yo sentirme bien, también mejora mi entorno, pero no sé cómo comenzar.

En verdad quiero que las cosas cambien, me gustaría que la relación con mi esposo fuera más cordial y que con mi hija existiera esa comunicación tan indispensable en estos tiempos, pero no sé cómo comenzar a cambiar. Gracias de antemano por su ayuda.

Erika

 

ESTIMADA ERIKA:
Darte cuenta y reconocer que algo te está sucediendo es un gran avance para iniciar en el camino de tu recuperación, que pronto te sientas con la libertad de expresar tus sentimientos, sin culpas ni frustraciones, sin ataduras del pasado que lo único que provocan es daño en ti e indirectamente en quienes te rodean.

Evidentemente las decisiones del pasado son las que te tienen en este estado y ahora solo hace falta que aceptes y pongas todo de tu parte para corregir ese camino en el que te encuentras.

Piensa que no todo ha sido infelicidad o frustración, haz un ejercicio y piensa en cuales momentos de tu vida desde que te casaste has tenido momentos de felicidad, por ejemplo, algún viaje, el nacimientos de tu hija, sus cumpleaños cuando aún era pequeña, etc.

Todo esto será una especie de terapia que te ayudará a cambiar poco a poco tus sentimientos. Como bien lo dices, si tu estás bien, ellos estarán bien, mientras lo hagas conscientemente y con el firme deseo de cambiar realmente, pues si lo haces como “deber” u “obligación” no funcionará cualquier esfuerzo que hagas.

No sientas remordimientos por la decisión tomada de únicamente ser padres de una hija, pues en su momento ambos estuvieron convencidos que para poder tener un desarrollo y crecimiento profesional, sería lo mejor. Recuerda que en la actualidad, las mujeres desempañamos nuevos roles.

En muchos matrimonios esto puede llegar a ser motivo de conflictos, pero si existe un verdadero equilibrio entre las funciones como madre y profesionista y que además tu esposo se involucre realmente en su papel de padre, no tiene por qué ser un problema fuerte.

En este sentido, es básica la comunicación entre ustedes, expresa tus emociones, sin culpabilizar, escúchalo y pidan ayuda profesional. Centrarte en tus metas personas, profesionales y de pareja, te ayudará a encontrar la forma de hacerlo bien, con libertad y dejando fuera las culpas y frustraciones. 

ANA