‘Me humilla pero lo perdono, no sé qué me pasa’

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‘Me humilla pero lo perdono, no sé qué me pasa’

ESTIMADA ANA:
Hace más o menos dos años, mi esposo se fue de la casa alegando cuestiones económicas. 

Él es mi segundo esposo y tengo un hijo del primero. La relación con él fue muy mala pues constantemente intentaba humillarme  diciendo que su familia, como tenía en general mejor formación académica, era superior a la mía.

 Se la pasaba culpándome de mi situación económica, que por cierto era la misma desde que nos conocimos, me insultaba y me echaba de la casa, aunque después me pedía perdón y yo volvía.

 Cuando se marchó la última vez me sentí demasiado tranquila, llena de paz y seguridad, pero semanas después me dijo que se había equivocado en su decisión, me pidió perdón y consiguió que lo perdonara. Durante los primeros meses tuvo un enorme cambio en su forma de ser, se mostraba cariñoso y detallista, parecía haber cambiado y así poco a poco fue instalándose en mi casa y yo me compadecía de él, pues se veía solo. 

Cuando comenzó a sentirse seguro empezó a comportarse como antes, queriendo insultarme de nuevo. Siempre me hace comentarios muy hirientes y ofensivos sobre todo cuando más cariñosa estoy y él se defiende diciéndome que yo todo lo mal interpreto.

 Mi hija, que ya tiene 18 me comentó algunas cosas al respecto, algo que nunca había hecho, me sorprendió la madurez con la que ve todo y la manera en la que trata de abrirme los ojos para que yo me de cuenta de lo que está sucediendo.

 Yo no sé qué hacer, hay días en que todo está bien con él, es cariñoso y se porta bien conmigo, pero yo ya no me siento igual, me pongo a la defensiva si algo me quiere decir o si se quiere acercar.

 Estoy dudando si fue buena idea perdonarlo y aceptar que regresara, hay días en que me siento mejor cuando no está, ¿es normal? 

Sonia 
 
ESTIMADA SONIA:
Es normal en el sentido que nadie acepta maltrato de ningún tipo, a nadie le gusta que lo insulte u ofendan, ¿verdad? 

Tomaste la decisión de perdonarlo y esto que ahora sientes quizá es la consecuencia de haberlo hecho. Seguir o no a su lado solo te corresponde a ti decidirlo, ni tu hija ni nadie más te podrá decir qué hacer.

 Mírate para que realmente compruebes si esa es la vida que quieres, si estás dispuesta a continuar con alguien que un día te abraza y al siguiente te insulta.

 La posición económica, como muchas cosas más, será nunca un pretexto para ofender a otra persona, de faltarle al respeto por no ser del mismo nivel no es de caballeros.

 Y claro que no todas las relaciones son perfectas, en cualquiera hay conflictos y problemas, pero si se puede hacer un alto y evitar que siga sucediendo y además, te sientes bien al hacerlo, no hay para qué buscarle tres pies al gato, como dicen. Debes de tener un poquito más de amor hacia ti misma, quererte más y de esa manera se alejará de ti todo lo que te hace daño.
 

ANA