ESTIMADA ANA:

 Es un verdadero problema cada fin de semana que vamos a casa de mi suegra, pues resulta que mi cuñada, la menor, se la pasa diciendo que mi hija se parece a ella, que es idéntica por donde la vean, que es su mismo cabello, sus ojos, su sonrisa y hasta un lunar en la espalda.

 Hay días que hasta saca montones de fotos para comprobar que así es. Y tiene razón, Ana. Mi niña se parece tanto a ella, que cualquiera podría asegurar que es su hija.

 Pero bueno, una cosa es comentarlo un par de veces y otra estar a cada momento que nos vemos y decirle a cuanta persona llega. La verdad es que me harta tanta insistencia y ya le dije a mi esposo que más le vale que hable con ella para que le baje dos rayitas, que ya fue mucho y que aunque reconozco que se parece, pues tampoco me pone tan contenta que me lo esté restregando cada que nos vemos.

 Antier estaba en el whatsapp con ella precisamente, mi cuñada. A diario me pide que le envíe fotos de cualquier gracia o travesura que haga mi hija. Claro, yo se las mando porque tampoco quiero pleito, a veces me pongo en su lugar y pues quizá yo haría lo mismo.

 El mismo tiempo estaba chateando también con mi comadre, precisamente quejándome de mi cuñada. Ay Ana, se me fue la sangre a los talones cuando por error, escribí mi queja en la conversación con mi cuñada.

 Sí, todo lo que quería decirle a mi comadre, se lo escribí a mi cuñada. No supe que hacer en ese momento, cuando me contestó con puros signos de interrogación. Me puse tan nerviosa que apagué el teléfono por unos minutos. Después recapacité y le marqué directamente para explicarle lo sucedido, aproveché para decirle que me molestaba mucho su insistencia y que aunque reconocía el parecido entre las dos, pues se me hacía un exceso que ella a cada momento estuviera diciéndolo a todo el mundo.

 Ella me dijo que lo entendía, que no había problema y que no volvería a suceder. Ahora me siento mal, Ana, porque aunque en el mensaje no había ofensas ni malas palabras, no deja de ser algo incómodo, pues quedó al descubierto que hablaba de ella con mi comadre. 

Magaly
 
ESTIMADA MAGALY:

Con estas formas tan modernas de comunicarnos pues es comprensible que sucedan este tipo de “errores”. Y te fue bien, porque he escuchado casos de matrimonios que llegan al divorcio porque alguno de los dos, se equivocó de “ventanita” en la conversación, allí sí, para que veas, es algo muy fuerte.

 Acá, el caso con tu cuñada, pues ya viste su reacción, dice que no hay problema. Tómalo de la misma manera, haz las cosas de manera natural y cuando se vean personalmente, hasta puedes hacer alguna broma al respecto porque finalmente ella, por ese error, ya está enterada de lo que piensas acerca de su insistencia en el parecido físico con tu hija.

 Ahora, es legítimo que ella insista, pues es su sobrina y la quiere y lejos de tomarlo de mala manera, puedes tomarlo como un halago, como una muestra de cariño hacia tu hija, claro, todo en su debida proporción, ¿no crees?

ANA