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‘Matilda’ no es como la filman
La obra de Roald Dahl, Matilda, da mucho de qué hablar. Empezando por sus diferencias con su adaptación fílmica, con un oscuro trasfondo de su contenido y las controversias que rodearon al autor.
Muchos recuerdan la exitosa producción “Matilda” de 1996 dirigida por el actor Danny DeVito, que hablaba de la historia de una niña brillante con una familia abusiva y una directora atemorizante todo rodeado en un halo mágico. Sin embargo, muchos desconocen que la autoría de esta historia es del escritor Roald Dahl, quien había sido conocido por sus novelas para niños como “Jim y el Durazno Gigante”, “Charlie y la Fábrica de Chocolates”, “El Buen Amigo Gigante” y “Las Brujas”, las cuales han sido adaptadas al cine.
La novela fue publicada en octubre de 1988, contó con ilustraciones del artista Quentin Blake y fue publicado por Jonathan Cape. Matilda ha contado, además de una adaptación fílmica, un musical del mismo nombre en 2010 por Dennis Kelly, y con música de Tim Minchin. Este año se cumplen 20 años de la adaptación fílmica y por eso recordamos algunas diferencias con la versión literaria.
La novela cuenta con un gran número de diferencias con respecto a su adaptación fílmica:
-La historia toma lugar originalmente en el Reino Unido, no en Estados Unidos como indica la película.
-En la novela, Matilda toma prestado el loro de su amigo Fred por una noche y lo empuja por la chimenea. El loro repite las frases de “¡Hola, hola, hola!” y “Traquetea mis huesos”, lo cual hace que toda la familia, incluida Matilda (quien finge muy convincentemente), escapen frenéticamente de la casa. Esto fue excluido de la película temiendo a que se viera el acto con el loro como crueldad a los animales de parte de la niña.
-La maestra Miel pregunta, en la novela, a sus alumnos si alguien sabe las tablas de multiplicar, y solamente Matilda levanta su mano. En la película todos se las saben, pero la maestra se sorprende cuando dice bromeando que todos pronto podrán hacer multiplicaciones como “13 por 379” y Matilda le responde correctamente.
-La madre de Matilda, la Sra. Wormwood, es una mujer obesa de pelo rubio en el libro. Su padre es delgado como ella y también lo es su hermano Michael. Esto fue modificado drásticamente en la adaptación fílmica.
-Michael, hermano de matilda, es representado en el libro como un niño normal que es empujado por sus padres para avergonzar a su hija. En la película, Michael es un chico gordo que atormenta por diversión a su hermana.
-A diferencia de la cinta, en el libro Matilda jamás entra en la casa de la directora Tronchatoro.
-La versión de Dahl incluye una amplia descripción de los libros que leía Matilda, haciendo énfasis en lo avanzada que estaba su mente.
-Luego de que Bruce Bogtrotter es capaz de comerse un pastel de chocolate por sí solo, la directora Trunchbull obliga a los alumnos a quedarse 5 horas después de clase a copiar palabras de un diccionario.
-En la novela se muestra a Matilda practicando sus poderes telequinéticos usando los cigarros de su padre y le llevó mucho tiempo poder realizar cualquier progreso. En total tarda seis días en volver su “don” lo suficientemente fuerte.
-Matilda nunca es puesta en el “Agujero”, un cuarto de tortura donde la directora enviaba a los alumnos. En la adaptación fílmica, la maestra Honey la rescata de ese lugar.
El ‘podrido’ Roald
La novela de Matilda, como muchas otras historias del escritor Roald Dahl, cuenta con múltiples ejemplos de humor negro y eventos “traumáticos” que han llegado a considerarse controversiales durante los años.
Lo oscuro, a falta de una palabra mejor, siempre ha sido un ingrediente secreto -y no tan secreto- en la literatura infantil. Como explica el psicólogo Bruno Bettelheim en su obra "Psicoanálisis de los cuentos de hadas", lo macabro tiene una función catártica. “Sin esas fantasías el niño no llega a conocer mejor a su monstruo, ni se le sugiere como puede dominarlo”, apunta Bettelheim.
Además no es difícil ver de dónde Dahl pudo haber extraído sus propias formas oscuras: perdió a su hermana mayor y a su padre a los tres años y fue enviado a un internado donde el director tendía a dar azotes tan brutales que llegaban a sacar sangre. Siendo piloto de avión en la Segunda Guerra Mundial, Dahl estuvo cerca de la muerte. En su primer matrimonio con la actriz Patricia Neal, perdió a su hija mayor por una extraña enfermedad y su único hijo sufrió un accidente que lo dejó con daño cerebral.
Patricia Neal le puso el apodo "El podrido Roald", refiriéndose a su carácter constantemente irritable; y Dahl, finalmente, la abandonó por una de las amigas de la actriz y esa aventura acabó con el matrimonio.