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Matan una bruja en Torreón
“Lapidan a lechuza, la creían bruja”, apareció esta noticia el jueves en VANGUARDIA. El ave, colgada de un poste, aparece en la fotografía rodeada de la gente que la mató a pedradas en una colonia de Torreón.
Por otra parte, en Durango atraparon una lechuza, la encerraron en una jaula y le quemaron las alas en vivo. Hay un video. Una mujer se acerca y le pregunta varias veces “¿quién eres?”. Otra le pide que se retire. Se oye la voz de una muchacha que comenta que cuando se le apareció una lechuza “yo agarraba la Biblia y me ponía a leerla bien recio, hasta que se me retiró”.
Ambas ciudades son conocidas por su cultura, fortaleza económica y modernidad, y, sin embargo, en ellas surge el pensamiento medieval (porque estas creencias llegaron de Europa) y, también, sedimentos de la cultura indígena de América. Es una conjunción de creencias religiosas que de pronto aparecen casi de manera casual, pero que ahí estaban. Por casualidad atraparon a esas preciosas aves nocturnas, bellas, silenciosas a las que se atribuyen influencias maléficas. Existe una relación conceptual que va de Satanás a las brujas y de ahí a su representación en forma de lechuza.
Hay una diferencia entre los conceptos europeo e indio. La persecución de la brujería llenó toda una época. Se creía que había mujeres aliadas del diablo que perjudicaban a personas, cosechas, animales domésticos y niños. Umberto Eco escribió que la quema de mujeres acusadas de ese crimen tuvo sus más frecuentes episodios en la Europa nórdica más que en la central. En Germania, Países Bajos, Noruega y Dinamarca fueron quemadas vivas miles de mujeres. Se avanzan números: entre 35 y 43 mil. No hace falta demasiado esfuerzo para recordar que en las primeras colonias que formaron los Estados Unidos los protestantes de distintas sectas ahorcaron mujeres, las desorejaron, las vistieron con un traje que informaba su pecado y, en ocasiones, las quemaron vivas, por brujas.
Me interesa comentar que la relación que establecían los que las mataban era que búhos y lechuzas anunciaban desgracias. Matar una lechuza es matar una bruja, es decir, acabar con una amenaza al grupo social que la está quemando de común acuerdo; repiten viejas creencias. En las expresiones de las durangueñas que enuncié se comprueba que “lo sagrado es aquello que, al mismo tiempo que te atrae, te da miedo” (Rudolf Otto).
Hago un breve rodeo para comentar el pensamiento indio. Los indígenas creían que las aves tenían relaciones misteriosas con ellos. He recogido datos que muestran que ese tipo de fe existió desde Sudamérica hasta Canadá. Pero no se restringían a búhos sino a diversas aves. “¿Has creído en el canto de las aves o ladridos de perros u otros animales?”, preguntó el sacerdote que confesaba a un araucano en Chile en 1765. En Coahuila se menciona con mayor precisión: el confesor pregunta al indio tilijais: “Cuando canta el tecolote u otro pájaro o cuando llora algún animal ¿crees algo?” (Bartolomé García, 1760). Los jesuitas laguneros dejaron otros ejemplos que muestran que los indios tenían los conceptos de miedo y pecado en relación con animales sagrados.
Mi exalumno Alán Caballero encontró en manuscritos inquisitoriales una declaración: “que otra vez fue con dicha Juana de Santiago a Concepción en forma de cacalotes y se sentaron en el pretil de la azotea con el fin de chupar un hijo del mayor que aquella tarde se había bautizado”. Añadió la acusada que “en forma de cacalote es que habían volado y desde allí se vinieron a pie, y no hicieron otra cosa más de chupar las criaturas” (cacalotl es cuervo).
Uno más: Proceso contra doña María de Valenzuela, española, por bruja que se volvía paloma y volaba de Sombrerete a Zacatecas y bailaba con un cabrito y después le besaba el trasero. Archivo General de la Nación, 1667.
¿Cómo puede haber sobrevivido una concepción que tuvieron europeos e indios hace mil años? Peter Burke, teórico de la historia cultural, dice que las ideas religiosas permanecen, aunque transformadas. Creer hoy que una lechuza es una bruja es un concepto que ha durado ya 500 años.