El juicio de Valérie Bacot, la francesa de 41 años acusada del asesinato de Daniel Polette, su marido de 25 años mayor, violento y adicto a la pornografía, se abrió hoy 21 de junio: el hombre fue asesinado el 13 de marzo de 2016 con un disparo en la cabeza y su cuerpo fue escondido en un bosque cerca del castillo de La Clayette, una pequeña ciudad francesa en la región de Borgoña.

No solo Valérie cavó el pozo, sino también sus dos hijos. El cuerpo fue encontrado un año y medio después. Cuando los policías fueron a la casa de Valérie para arrestarla, ella no ofreció resistencia pero admitió el crimen y explicó que, desde que conoció al hombre que se convertiría en su marido a los 12 años, había sido objeto de constantes actos de violencia y acoso.

"Todas las noches, cuando ella regresaba de la escuela, él la maltrataba. En el pueblo de La Clayette, en Saône-et-Loire , todo el mundo sospechaba. Pero nadie dijo nada", escribió en una petición en Change.org el 'Comité de Apoyo a Valérie Bacot' dirigiéndose directamente a Éric Dupond-Moretti y Élisabeth Moreno, respectivamente Ministro de Justicia y Ministro de Igualdad de Oportunidades en el gobierno de Jean Castex bajo la presidencia de Emmanuel Macron. La apelación fue firmada por cientos de miles de personas y pide que se absuelva a Valérie Bacot, a quien "nadie ha protegido jamás". "Incluso si cometió asesinato matando a su torturador, y teniendo en cuenta los veinticinco años de sufrimiento que sufrió y soportó en la indiferencia general, es su libertad lo que pedimos", escribe el comité de apoyo.

Entrevistada por Le Figaro en los últimos días, la abogada de la mujer dijo que "está muy conmovida al descubrir esta marea de personas que la apoyan, que se interesan por ella. Esto es algo completamente nuevo ya que nunca había recibido la más mínima prueba de amor". pero ella siempre había vivido aislada, tambaleante en la vida.

Esta mujer no estaba programada para ser violenta, lo fue a pesar de sí misma y sobre todo por la escasa protección que tenía desde los doce años e incluso antes. se dejó sola y las autoridades le otorgaron a este hombre el poder de hacer un daño enorme con impunidad. Nadie estuvo allí para protegerla, ni en la niñez ni en la adolescencia. Su madre fue cómplice de las locuras que cometió con el padrastro ”.