Más maquila, ¿mejor Coahuila?
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Más maquila, ¿mejor Coahuila?
Al Gobierno de Coahuila ya le gustó la fórmula: salen de gira internacional, ofrecen estímulos desmedidos a la industria, como resultado atraen fábricas (les llaman inversiones, aunque nunca toquen esos millones directamente los bolsillos de los coahuilenses), generan empleos por consecuencia natural y cacarean el huevo como si fuese de avestruz.
El método se repite y así van instalando empresas en algunas regiones del Estado.
A simple vista pareciera un modelo económico exitoso, propio de los estados fronterizos del norte, sin embargo condena a los trabajadores ocupados a la inmovilidad, la precariedad y la marginación. Y estos tres fenómenos ocasionan a mediano plazo problemas sociales. Me explico.
El pasado abril fue anunciado el arribo a Matamoros de Lear Corporation, “una planta que se dedicará a la manufactura y ensamble de arneses eléctricos para la industria automotriz”, a decir de la Secretaría de Desarrollo Económico, Competitividad y Turismo (Sedect).
Maquila, pues.
Y a diferencia de Yura en Torreón, los salarios que ofrecerán son más bajos: seis mil pesos mensuales, en promedio. Inicialmente la compañía generará tres mil 500 empleos, con la posibilidad de alcanzar siete mil según el proyecto original. Puede ser.
Ahora bien, como sucedió con los asiáticos en La Perla de La Laguna, a Lear también le ofrecieron jugosos incentivos para su establecimiento: la condonación vitalicia del Impuesto Sobre Nómina (ISN), el subsidio del pago de derechos ante el Registro Público, y la donación de un inmueble de nueve hectáreas para la construcción de la nave industrial.
Los ayuntamientos de Torreón y Matamoros, según los expedientes UTM/241/2016 y UT/94/2016 respectivamente, afirman que, por su parte, “no existen” y “no se han otorgado” estímulos hasta la fecha de las solicitudes de información elaboradas por quien esto escribe (20 y 21 de abril).
Detengámonos otra vez en el ISN y hagamos el ejercicio del dos por ciento mensual que se descuenta de las percepciones.
Considerando la plantilla laboral completa, en condiciones normales Lear debería contribuir 840 mil pesos al mes, lo que representa 10 millones 080 mil al año y 201 millones 600 mil pesos en dos décadas.
¿Ha proyectado la Sedect la cifra que dejará de recibir la Secretaría de Finanzas en los próximos 10, 25, 50 años por concepto de impuestos?, ¿es conveniente?
Además de pedir créditos a los bancos y renegociar deudas el Ejecutivo puede, por mandato constitucional (artículo 25 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Estatal), orientar las inversiones a través de la Secretaría de marras.
En otras palabras: Desarrollo Económico decide qué tipo de empresas instalar, en qué lugares, y, por lógica indirecta, a qué se van a dedicar sus vecinos. Ello supone un poder de controlar y decidir sobre la vida de los demás. Para ello debe realizar, previamente, “estudios técnicos para determinar la factibilidad para la creación de parques y zonas industriales”, de acuerdo con la fracción XIII del citado ordenamiento.
¿Existen en realidad esos “estudios técnicos”? De ser así, ¿no les ven cualidades o aptitudes para otro tipo de oficios a los habitantes que representan?
A juzgar por la fórmula descrita al inicio, no ven ciudadanos, sino materia prima. Mano de obra barata. No identifican personas, sino objetos del orden institucional en turno. Desechables a los 35 años.
Para los empleados hay un ingreso, por supuesto, pero desempeñando una faena monótona y agotadora, sin especialización laboral anterior y en constante rotación. Eso impacta negativamente a la célula de la sociedad: la familia, y lo peor de todo, no resuelve las carencias elementales.
No son prejuicios ni generalizaciones. Ya sucedió en la Región Sureste. Vea, por ejemplo y sin afán de estigmatizar, el sector Analco de Ramos Arizpe donde predomina la vivienda de obreros adscritos a los parques industriales: un hervidero de problemas sociales.
Pues las condiciones están dadas para repetir el fenómeno en Matamoros con Lear.
Cortita y al pie
Apenas el pasado 10 de junio Rubén Moreira convocó a los alcaldes “a seguir entregando estímulos agresivos para que las empresas lleguen acá, a que se condonen Impuesto Sobre Nómina, predial y desregular lo más rápido posible. Que se note que salimos a buscar que las empresas vengan a Coahuila”, dijo (VANGUARDIA, 10/06/16).
La coyuntura, por tanto, es clara: Gobierno del Estado destinará el segundo semestre del año a enamorar compañías cueste lo que cueste y generar vacantes de operarios. De qué tipo, es la pregunta fundamental. A qué costo, es la otra cuestión cardinal.
La última y nos vamos
Más maquila, ¿mejor Coahuila?