CIUDAD DE MÉXICO.- La Arquidiócesis Primada de México acusó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de conducir cada vez más a la sociedad mexicana hacia la descomposición social, solapando bajo la ley conductas como la adicción a las drogas o el asesinato.

A propósito del amparo que discutirá el miércoles próximo el máximo tribunal del país, que busca legalizar el cultivo y consumo personal de la mariguana con uso recreativo, en el editorial del semanario católico Desde la Fe, se defiende la postura sobre el consumo del enervante que, de permitirse, se sumaría “al uso irresponsable de la libertad”.

"La droga es droga aunque quiera venderse como suave y medicinal bálsamo”, indica.

Indica que iniciativas como ésta, además de ser una amenaza a la salud pública, no paliarán los efectos de la violencia que genera la guerra contra las drogas, como afirman “expertos” o líderes de opinión.

Sin citar nombres, apunta que esas “mentes retorcidas” que se dicen ser hombres racionales, justos y buenos, buscan deformar la verdad, argumentando “que la mariguana sería transcendental en la consolidación del Estado democrático libre”.

“Que la planta es tan sana como frascos de vitaminas, que no es adictiva, que no es tan mala como otras drogas, que hace individuos mansos y no agresivos”, se lee en la publicación.

Cabe destacar que personajes como Jorge Castañeda, excanciller de México; Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM, o líderes de opinión como Javier Tello, han expresado mantener una postura más liberal sobre el tema.

Criticó también la intervención de la SCJN en temas como los matrimonios homosexuales, el aborto, y las adopciones gay.

Reiteró que los magistrados están moviendo “a México hacia la destrucción individual, que se toma de la mano con la descomposición social para justificar a un país asesino, desintegrado, solapador, enfermo, adicto y destructor, como el mejor ejemplo de libertad y justicia”.

Por otra parte, durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México se pidió por las comunidades afectadas del país debido a los estragos del huracán Patricia.

En ausencia del cardenal Norberto Rivera, quien se encuentra en Roma, el canónigo Julián López Amozorrutia pidió solidaridad con los estados azotados y al mismo tiempo agradeció a Dios que el fenómeno natural no tuviera efectos más severos.