CIUDAD DE MEXICO.— Para la estrella mexicana de la ópera María Katzarava, el pop no necesariamente debe estar peleado con la música clásica.

“Yo siempre estoy a favor de que el pop y la ópera se puedan unir en algún momento porque no hace daño y al final es música y sirve para ambos mundos”, dijo la cantante en una entrevista telefónica reciente con The Associated Press desde Parma, Italia. “Sobre todo (para) la ópera, que es un núcleo mucho más pequeño, darse a conocer más en el núcleo popular”.

Katzarava de hecho comenzó deseando ser una cantante pop, pero tras estudiar violín la música la fue llevando hacia la ópera. Esta semana presentará en el Lunario del Auditorio Nacional en la Ciudad de México, de jueves a domingo, piezas interpretadas por Édith Piaf que evidencian su amor eterno por la música francesa.

“Con este tipo de repertorio es que encontré mi media, que no es ni el pop ni la ópera, es una manera de conjuntar ambos mundos y un camino que me hace muy feliz”, dijo la intérprete de 33 años. El público que “me conoce como una cantante de ópera va a tener que olvidarlo”, agregó.

Katzarava estará acompañada por un cuarteto de jazzistas españoles con los que creó arreglos de jazz y toques electrónicos para una noche en la que no habrá plumas de cabaret, sino un vestuario más cercano al gótico como el negro que le encantaba a Piaf.

“Toda mi vida ha estado llena de Édith Piaf”, dijo la soprano. “Sin que me la pusieran mis padres, yo la ponía por mis pistolas”.

El repertorio incluirá a músicos de la vieja guardia como Jacques Brel y Jacques Prévert, pero también a Céline Dion.

“Considero a Céline Dion una gran artista, muy preparada, que ha buscado muchas canciones que son únicas”, dijo. “Creo que merece un gran aplauso ella porque ya lleva tantos años en esta industria de la música pop y también se ha codeado con la gente de ópera”.

Katzarava vive en Barcelona, pero regresa varias veces al año a México para estar con su familia. Sus padres son los violinistas profesionales Archil Katzarava, quien es georgiano, y la mexicana Velia Hernández. Sus hermanos también son músicos: Irakli es también violinista y su hermana Lela pianista.

“Mi papá siempre me habló en ruso y mi mamá en español”, dijo sobre crecer en esta familiar multicultural.

Desde el 2008, cuando ganó la competencia Operalia, Katzarava se ha presentado en escenarios como el Royal Opera House de Londres, La Scala de Milán, la Ópera de Lausana, La Gran Ópera de Florida y la Sala Tchaikovski de Moscú. Ha compartido el escenario con los tenores Juan Diego Flórez, Ramón Vargas, Francisco Araiza, Andrea Bocelli y Plácido Domingo.

En junio presentó el concierto “Voces contra la violencia” como parte de las acciones de una fundación que lleva su nombre para apoyar el Centro Cultural El Tecolote en Arcelia, en el estado mexicano de Guerrero, para el que ha destinado becas para niños que reciben educación artística.

“Todo esto es para que los chicos de allá se alejen de la violencia, se alejen de las drogas, porque es una de las zonas más reprimidas y de más alta violencia y de narcotráfico”, dijo Katzarava.

Los estudiantes del centro tienen un coro, una orquesta y también reciben clases de danza y teatro.

“Ha bajado un porcentaje admirable de chicos que estaban en el mundo de la violencia, en el mundo del narcotráfico”, dijo sobre los efectos de estas clases. “De hecho también logramos traer a chicos a Barcelona para que pasaran un mes y vieran otro tipo de vida, un tipo diferente de cultura. ... Eso es algo que cambia también el destino de los chicos”.

Entre sus pendientes está interpretar su primer “Trovador” en Italia y en 2018 “Juana de Arco” de Verdi. También espera casarse pronto.

“Estoy comprometida. Yo soy gay y tengo mi pareja que es catalana”, dijo. “Con ella tengo una hija que es de ella y próximamente yo tendré los míos en un futuro cercano”, expresó entusiasmada.