La comisaria de Competencia de la Unión Europea Margrethe Vestager ganó ayer la renovación de su mandato, junto con una ampliación de poderes, en una maniobra que destaca que la lucha del bloque para regular a los gigantes tecnológicos apenas empieza.

Vestager, que generó molestia en el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump luego de imponer sanciones multimillonarias sobre Google y Apple, fue designada nuevamente el para un segundo mandato de cinco años como comisaria de Competencia de la UE.

Las labores de la política danesa incluirán fortalecer la aplicación de las normas de competencia en todos los sectores, así como redoblar esfuerzos para detectar casos de abuso de mercado por parte de las compañías grandes, acelerar las investigaciones y ayudar a fortalecer la cooperación con sus contrapartes internacionales.

Y de forma inquietante para los gigantes tecnológicos a los que ha aplicado medidas duras, Vestager también recibió un poder adicional.

Ursula von der Leyen, la nueva presidenta de la Comisión Europea, ascendió a Vestager a vicepresidenta ejecutiva de la comisión a cargo de innovación digital y liderazgo del bloque, incluida la inteligencia artificial.

“Margrethe Vestager coordinará toda la agenda y será la comisaria de competencia”, comentó Von der Leyen durante una conferencia de prensa. Von der Leyen dijoque para el término de sus primeros 100 días en el cargo, quiere desarrollar una propuesta para un enfoque europeo sobre las “implicaciones humanas y éticas” de la inteligencia artificial.

La Asociación de la Industria de Computación y Comunicaciones, un grupo de cabildeo cuyos miembros incluyen a Google, Facebook y Amazon, reaccionó cautelosamente al nombramiento de Vestager.

“Exhortamos a la nueva comisaria a evaluar el impacto de todas las regulaciones tecnológicas recientes de la UE para garantizar que las futuras propuestas se basen en evidencias, sean proporcionadas y beneficiosas”, señaló en un comunicado.

Desde que asumió el cargo en 2014, Vestager se ganó la reputación de némesis en Silicon Valley por una serie de duras decisiones contra las firmas tecnológicas, labores que podrían haber ayudado a inspirar a las autoridades estadounidenses, que recientemente abrieron un gran número de investigaciones luego de que habían tomado un enfoque de no intervención.